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Actualizado: 18 de mayo de 2025


La empresa, pues, del hispano-americano es mil veces más árdua; ha de tardar mucho más tiempo en llevarse á cabo; pero no es imposible que se logre. Y si algún día se lograse, ¿cómo negar que sería también mil veces más humana, más generosa y más digna de alabanza? Volvamos á Juan Montalvo y evitemos las digresiones. Poco de la vida de este escritor.

Verdad es que, en cambio, la naturaleza es menos dúctil ahora, y la hotentota, aunque se friegue y se adobe más que las que iban a presentarse a Asuero, hotentota permanece; de donde, sin duda, el refrán que dice: «Aunque la mona se vista de seda mona se quedaDejemos, no obstante, refranes y digresiones a un lado, y prosigamos nuestro cuento.

Pues los frailes son una milicia también, y no menos tenaz que la del ejército. Obligado á escoger entre ambas, me quedaría sin las dos, aunque la primera me parece más temible; y cuando así lo digo, estudiado lo tengo. Pero vayan las digresiones á un lado, y siga adelante la historia.

Y, con venia de ustedes, también se han eclipsado el pajuelero o vendedor de mechas azufradas, el puchero o vendedor de puntas de cigarros, el anticuchero y otros industriosos. Digresiones a un lado, y volvamos a Mariquita.

Bien que sabes Filosofía le dijo don Cleofás mejor que si la hubieras estudiado en Alcalá, y que eres maestro en primeras licencias. Dejemos estas digresiones y acaba de darme cuenta de tu jornada.

En cuanto á su mérito sólo diremos que algunos rasgos aislados, llenos de poesía y de verdad, no compensan, ni mucho menos, su falta absoluta de orden y plan, y las absurdas y repetidas digresiones que tanto dañan al curso de la acción. Juntáronse arbitrariamente en estos misterios las cosas más serias y ridículas, y lo trágico y lo cómico se mezclaba y confundía sin concierto.

Y en este tono todo lo demás inherente a la vida doméstica y social de esta respetabilísima familia. Amigo lector, me cargan las digresiones; pero hay casos en que no puede prescindirse de ellas, y éste es uno de esos casos.

Salir á la calle sin el payo, contando con el crepúsculo y más que á paso tendréis que volveros con los sesos achicharrados. Mas dejemos digresiones y entremos en la ermita, á cuya puerta se agolpaban gran número de fieles.

Allí salió a relucir parte de lo que Barbarita inútilmente intentó averiguar... ¿Quién era la del huevo?... Pues una chica huérfana que vivía con su tía, la cual era huevera y pollera en la Cava de San Miguel. ¡Ah! ¡Segunda Izquierdo!... por otro nombre la Melaera, ¡qué basilisco!... ¡qué lengua!... ¡qué rapacidad!... Era viuda, y estaba liada, así se dice, con un picador. «Pero basta de digresiones.

A la turquesa á que se adaptan las anteriores reflexiones, se relacionan la generalidad de las vivientes hechuras que andan por esas calles de Dios respirando ciencia y saber. La pícara afición á las digresiones, más de una vez nos lleva fuera de Marianas, bien es cierto que aquellas islas son parte integrante de Filipinas y escribimos á la sombra de las conchas de su capital.

Palabra del Dia

hociquea

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