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Actualizado: 6 de mayo de 2025


Persona que merece mi confianza; y la señora hará el favor de llamar a su pupila para que diga en concreto la verdad. Salió doña Rebeca como un cohete, y en cuanto echó a Carmen la vista encima, le echó también los brazos al cuello. La muchacha, horrorizada, iba a pedir socorro, cuando se sintió halagada y besada con besos húmedos y repugnantes.

Me dispensarás que te diga, caro marqués, que tus explicaciones no me satisfacen... La señorita de Sardonne es casi de tu familia, y nuestras conexiones de amistad son tales que no podrían abandonarme a mis proyectos acerca de aquella joven sin obtener de antemano tu aprobación.

Pues la cocinera prefiere a éste, que no va con buen fin, y no al otro, que quiere casarse de veras. Y es inútil que yo la diga nada. En cambio, tenemos una chinita a quien le gusta mucho el laborioso y ahorrativo, pero éste está entusiasmado con la cocinera y no hace caso de la chinita.

A la vuelta ya sabe quién debe sólo decir que ha estado, o habrá salido un momento fuera, y como no haya sido en aquel momento... Usted le da un par de reales por la fidelidad. Par de reales que, sumados con la peseta que le ha dado el que no quiere que se diga que entró, forma la cantidad de seis reales.

Yo no acepto la adopción de usted. Ya te he dicho que estoy resuelto a no casarme jamás. Aunque soy joven, mi corazón está ya gastado; es muy viejo. Nada espera, nada desea. ¡Oh! ¡no me diga usted eso! ¡no quiero creerlo! ¡una vida así debe ser horrible! ¡Horrible, ! ¡muy horrible! por lo mismo es necesario que un deber me ligue al mundo; a la vida: representa ese deber.

Otra queja podrá tener de ; pero lo que es esa.... ¿Le espero de verdad?... ¡Qué bueno será usted si va y nos socorre!... ¡Martín se pondrá más contento cuando se lo diga! Vayase tranquila.... Aguárdeme, y mientras llego pídale á Dios por con todo el fervor que pueda.

Apenas hay tonto, el cual, si hubiera vivido dos o tres siglos ha, no hubiera gozado más que en comer, que no goce ahora, o por lo menos que no diga que goza, oyendo la música más sabia y alambicada.

De pronto fué Elena la que preguntó: ¿Cómo se llamaba aquel muchacho americano compañero suyo?... Creo que fué el único hombre que me interesó un poco entre los muchos que me buscaban... Tal vez le amé, por lo mismo que nunca me deseó verdaderamente. Algunas veces, muy de tarde en tarde, me he acordado de él... ¿Se casó? Hizo Robledo un signo afirmativo y ella siguió hablando. No diga más.

Vamos manifestó el militar, dirigiéndose á Elías: dígalo usted, es cosa que cuesta poco, y además hoy debe decirlo todo buen español. ¡Que lo diga! ¡Que lo iga pronto!" El militar persistía en que dijera aquellas palabras, como un medio de verse libre; pero Elías continuaba en silencio. "Vamos padrito, pronto dijo el matutero. ¡No! exclamó Elías con profunda voz y trémulo de indignación."

-No te entiendo, Sancho -dijo luego don Quijote-, pues no qué quiere decir soy tan fócil. -Tan fócil quiere decir -respondió Sancho- soy tan así. -Menos te entiendo agora -replicó don Quijote. -Pues si no me puede entender -respondió Sancho-, no cómo lo diga: no más, y Dios sea conmigo.

Palabra del Dia

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