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Actualizado: 13 de junio de 2025
No tardó en cansarse de ellos hallándolos demasiadamente inocentes. Enfrascóse después en el trágico laberinto de los folletines que, si bien le mantuvieron agitado y divertido una larga temporada, no consiguieron pegársele al alma.
¿Adónde, Sancho? -replicó don Quijote-; vuelve los ojos y mira, y verás allí tendido un andante caballero, que, a lo que a mí se me trasluce, no debe de estar demasiadamente alegre, porque le vi arrojar del caballo y tenderse en el suelo con algunas muestras de despecho, y al caer le crujieron las armas. -Pues ¿en qué halla vuesa merced -dijo Sancho- que ésta sea aventura?
Alejandro, a quien sus hazañas le alcanzaron el renombre de Magno, dicen dél que tuvo sus ciertos puntos de borracho. De Hércules, el de los muchos trabajos, se cuenta que fue lascivo y muelle. De don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, se murmura que fue más que demasiadamente rijoso; y de su hermano, que fue llorón.
En sus días ningún bueno se quejó de ser poco remunerado, ni se jactó ningún malo de no ser demasiadamente castigado; de donde nació tenelle los pueblos un extremo acatamiento, mezcla de amor y miedo.
El gran cantor de su belleza, el famoso Ariosto, por no atreverse, o por no querer cantar lo que a esta señora le sucedió después de su ruin entrego, que no debieron ser cosas demasiadamente honestas, la dejó donde dijo: Y como del Catay recibió el cetro, quizá otro cantará con mejor plectro.
De las estancias de San Lorenzo, que estaban próximas al enemigo, se avisó, que la peste de las viruelas se aumentaba demasiadamente: por lo cual el cura de este pueblo, despues de vencidas algunas dificultades de los suyos, y la resistencia de los de su pueblo, se fué allá á proveer de medicinas espirituales á los enfermos, é impedir con toda industria no se extendiese este achaque.
»Bien le pareció el soneto a Camila, pero mejor a Anselmo, pues le alabó, y dijo que era demasiadamente cruel la dama que a tan claras verdades no correspondía. A lo que dijo Camila: »-Luego, ¿todo aquello que los poetas enamorados dicen es verdad? »-En cuanto poetas, no la dicen -respondió Lotario-; mas, en cuanto enamorados, siempre quedan tan cortos como verdaderos.
Además, yo iba a la cita sin guitarra ni capa, sólo con un junquillo en la mano y vestido de sencilla e inofensiva americana. Nada de brioso corcel tampoco, negro, tordo o alazán. Sobre las propias y míseras piernas, que por cierto me temblaban demasiadamente al acercarme a las ventanas de la casa. En una de ellas vi blanquear un bulto, y me aproximé hasta tocar en las rejas.
Aquel joven esclarecido, dando a la historia el mismo ejemplo de modestia y generosidad que el rey Wamba, se negó terminantemente a aceptar los honores que le ofrecían. Este ejemplo, por desgracia, no ha tenido imitadores. Las dulzuras del poder excitan demasiadamente el paladar de los jóvenes académicos para que nadie piense en rechazarlas.
Pero a los pocos días, un esputo de sangre, que arrojó al toser, le asustó. ¿Estaría tísico? Semejante idea le llenó de espanto. Nunca había pensado en la muerte, sino como elemento artístico que utilizaba para sus poemas románticos, sacándola a relucir, demasiadamente por cierto, en apoyo de la sinceridad de sus ansias amorosas, y como medio de conseguir un bálsamo para sus penas.
Palabra del Dia
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