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Actualizado: 9 de mayo de 2025
Aveisle visto removido un instante de su obstinacion? En todas edades es molestado deste gusanillo roedor de la poesia: muchacho, mancebo, varon, viejo, decrepito; al amanecer, á medio dia, á la tarde, á la noche, todo es versificar; todo es romances, sonetos, decimas, liras, octavas, etcétera...» Hasta aquí Suárez de Figueroa; pero sus advertencias, como es de presumir, fueron vanas.
17 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a cuchillo sus jóvenes en la Casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos. 18 Asimismo todos los vasos de la Casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la Casa del SE
Volvió la vejez a apoderarse de su cuerpo y empezó a sentirse casi decrépito. El frío del agua atravesaba su carne, penetraba en sus huesos y le congelaba los tuétanos y la sangre descolorida y pobre. Todavía se sostuvo Morsamor en la superficie del agua a su parecer por extraño e imprevisto socorro.
Vestía el joven el uniforme de gala de capitán de artillería, y el viejo, decrépito y encorvado, el de almirante de la Armada, con todo el pecho lleno de cruces: era el duque de Algar, abuelo y padrino en aquella ocasión del joven marqués que iba a cubrirse.
Y su voz prosiguió paciente y suave: ¿Qué me dices de veinte o veinticinco millones de pesetas? Bien sé que es una bagatela... más, en fin, constituye un comienzo; son una ligera habilitación para conquistar la felicidad. Ahora reflexiona sobre esto: El Mandarín, ese Mandarín del fondo de la China, es un viejo decrépito y gotoso.
Para decir la verdad, comencé á temer que, puesto que no habría sido político declarar cesante á las calladas á un hombre de mi importancia, ni es muy corriente en un empleado del Gobierno hacer dimisión de su destino, comencé á temer, repito, que podría darse conmigo el caso de envejecer y hasta de volverme decrépito en mi puesto de Inspector, convirtiéndome en algo parecido al octogenario empleado de marras.
Había estado en Francia en tiempo del Directorio, combatido contra Napoleón en la guerra de la independencia española, y acompañado á Diego y Quiroga en su heroica revolución. Miserable y decrépito y con ocho hijos pequeños, aquel hombre nos resumía por sus cualidades el tipo del viejo español puro.
El cura me acompañó hasta C *, y cuando me vio instalada en el elegante landeau de mi tío, exclamó: ¡Cuánto me alegro, Reina, de verte en tu lugar! ¡Qué diferencia entre este coche y el carromato de Juan! Pronto me veréis en un hermoso castillo. Voy a rezar una novena para que el cura del Pavol se vaya al cielo. Es una idea muy caritativa, puesto que está decrépito y enfermo.
Palabra del Dia
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