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Actualizado: 18 de mayo de 2025


Y señalando a cada uno de los animales, hablaba de miles y miles de pesetas, enorgulleciéndose de que tales tesoros estuviesen confiados a su custodia. El hierro de Matanzuela, la marca con que se señalaba a las jacas salidas del cortijo, valía tanto como los certificados de los ganaderías más antiguas.

No quiero decirte por menudo sus grandezas; basta afirmarte que su cirio pascual pesa ochenta y cuatro arrobas de cera , y el candelero de tinieblas, de grandeza notable, es de bronce, y de tanta ostentación y artificio, que si fuera de oro no hubiera costado tanto . Su custodia es otra torre de plata, de la misma fábrica y modelo ; su trascoro no perdonó piedra esquisita y preciosa a los minerales; su monumento es un templo portátil de Salomón .

El domingo 26 de setiembre hizo el cabildo una fiesta solemne á nuestra Señora de Villaviciosa, á cuya intercesion atribuía la victoria que de los franceses acababa de conseguir España en Fuenterrabía. El obispo Pimentel llevó personalmente el Santísimo en la procesion del Corpus, dentro de un hermoso sol que mandó hacer en lugar de custodia.

El soldado se despidió tristemente de , diciéndome que aun pudiera tener esperanza dentro de los tres años, plazo necesario para que su visión pudiera repetirse, sin temer yo nada por la seguridad de los tesoros, pues estaban a salvo enteramente en tanto que estuviesen en su custodia.

Cierto artífice de notable mérito, obscuro Arfe o Cellini, olvidadoen el centro de aquella ciudad de provincia, hace la custodia nueva, reproduciendo con inspiración pasmosa cuantos primores en la antigua se parecían.

Sola se instaló en ella desde el día de su boda para limpiarla y tenerla en tal disposición que todo lo hallase a punto su marido cuando viniese. Una criada elegida por ella, Juanito Jacobo y el criado que Salvador había dejado en la casa, daban compañía y custodia a Sola por la noche, y por el día D. Benigno, su hermana y sus hijos mayores apenas salían de allí.

En su tiempo se empezó la magnífica Custodia vieja de la catedral, obra del ingenioso platero Enrique de Arfe, que merece describirse detalladamente por no constarnos se haya descrito jamás. Su planta es un duodecágono regular, de un pié cada lado, sostenido en ruedecillas interiores.

Dos angelotes de talla dorada sostenían el templete donde estaba de manifiesto el Señor, ceñido por los resplandecientes rayos de la custodia, envuelto en la neblina del incienso y adorado por la muchedumbre. En lo más alto del retablo había un astro de oro, y en su centro un pichón blanco. El altar era todo claridad: la luz del mundo parecía refugiada en la Santa Mesa.

En uno de ellos lucía una preciosa esmeralda, y examinándola la señora, exclamó: «¡Qué rareza! Esta piedra es idéntica a la que obsequié para la Custodia de San Agustín». Turbóse el platero, y no tardó en despedirse. Pocos minutos después entraba el intendente en la estancia de su esposa, y la participó que acababa de llegar un expreso de Lima con la noticia del sacrílego robo.

Tanta piedad podía llegar a ser una desgracia para él, porque si Fortunata se entusiasmaba mucho con la religión y se volvía santa de veras, y no quería más cuentas con el mundo, sino quedarse allí encerradita adorando la custodia durante todo el resto de sus días... ¡Oh!, esta idea sofocó tanto al pobre redentor, que se puso rojo.

Palabra del Dia

bagani

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