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Actualizado: 9 de junio de 2025
Á media noche fué preciso administrarle un substancioso potingue, que fabricaron la hermana del fotógrafo de arriba y la mujer del carnicero de abajo, con huevos, Jerez y caldo de puchero. «No sé qué me pasa decía el Peor; pero ello es que parece que se me quiere ir la vida.» El suspirar hondo y el llanto comprimido le duraron hasta cerca del día, hora en que fué atacado de un nuevo paroxismo de dolor, diciendo que quería ver á su hijo; resucitarle, costara lo que costase, é intentaba salirse del lecho, contra los combinados esfuerzos de Bailón, del carnicero y de los demás amigos que contenerle y calmarle querían.
Entonces ... dijo bajando la voz y como sí le costase trabajo hablar , entonces ... yo no puedo decirle a usted el origen de este dinero, tío.... Es una cuestión de honor. El curador quedó estupefacto. ¿De honor?... No sé lo que quieres decir; pero mira, chico, yo no puedo quedar conforme.... Mi posición es delicada.
Era preciso devorar, aunque costase un poco de llanto al principio el pasar los bocados. La naturaleza vino pronto en ayuda de aquel esfuerzo terrible de la voluntad. Ana quería fuerzas, salud, colores, carne, hermosura, quería poder librar pronto a sus tías de su presencia. El cuidarse mucho, el alimentarse bien le pareció entonces el deber supremo.
Las señoras y señoritas de las galerías se agitaron aspirando con deleite esta esencia desconocida. Las mamás hablaban entre ellas, buscando semejanzas y similitudes con los perfumes de moda entre el sexo masculino. Algunas concentraban su atención para poder explicar en el mismo día á los perfumistas de la capital la rara esencia del Hombre-Montaña, y que la fabricasen, costase lo que costase.
Señorita exclamó el capellán con fuego , quisiera librarla de todos los disgustos que pueda tener en el mundo, aunque me costase sangre de las venas. O esa mujer se casa y se va pronunció Nucha , o.... Interrumpió aquí la frase. Hay momentos críticos en que la mente acaricia dos o tres soluciones violentísimas, extremas, y la lengua, más cobarde, no se atreve a formularlas.
Usted manda, usted es el amo. Haga todo lo que considere más acertado; cuantas más iniciativas tenga, mejor. Y gravemente, arrugando el entrecejo, como si cada idea le costase una extracción dolorosa, expuso su plan.
Palabra del Dia
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