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Actualizado: 29 de julio de 2025
Basta para convencerse de ello el considerar, que se interesa en la explicacion todo el edificio de los conocimientos humanos. El principio mas fundamental, el indispensable para que los demás se sostengan, encierra la idea del tiempo.
Gillespie habló rápidamente al joven vestido de mujer, para convencerse de que vivía cerca de él, en el mismo edificio. Cuando terminen de afeitarme le ordenó suba á mi mesa y conversaremos solos. Me inspira usted cierto interés y quiero preguntarle algunas cosas.
Y con los codos se abrió paso entre la muchedumbre, despegándose de la espalda de Spadoni, que seguía con ojos de hipnotizado los tesoros crecientes de la duquesa. Lubimoff dió un paseo por el salón. Despreciaba el egoísmo de Alicia, pero carecía de fuerzas para marcharse. Necesitaba estar cerca de ella; quería convencerse de hasta dónde podía llegar su insensibilidad.
Completamente despierta y considerando ahora lo ocurrido á varias horas de distancia, empezó á convencerse de que alguien había estado junto á su ventana al amanecer. Recordó un ruido sofocado de pasos en la galería exterior y el leve crujido de la madera de la pared bajo el peso de un cuerpo apoyado en ella.
Buenos ejemplos tenía a la vista para convencerse de su error. Todo el mundo jugaba.
Todos hablaban de legalidad y de respeto á la ley, al mismo tiempo que se llevaban una mano al costado para convencerse de que tenían el revólver listo. Y el país, fatigado de diez años de revolución, les dejaba hablar, deseando en el fondo de su ánimo que se matasen entre ellos, pero dispuesto á votar por el gobierno ó por el general que derribase al gobierno.
¿Qué te pasa? ¿qué es lo que tienes? Tristán se encogió de hombros sin responder, dio unos cuantos paseos por la estancia y al cabo como si hablara consigo mismo, más que dirigiéndose a su mujer: Nada, que jamás, ¡jamás! puede uno convencerse de todas veras de que los desengaños y sinsabores particulares de cada uno no son una excepción, y que la tristeza es la ley general de la vida.
Este trabajo sobre las pasiones no es una mera teoría; cualquiera puede convencerse por sí mismo de que es muy practicable, y de que se sienten sus buenos efectos tan pronto como se le aplica.
Entonces el cortesano D. Raimundo, merced a varios evidentes indicios, no tardó en convencerse de que la virtud de doña Marcela no era cosa del otro jueves, ni con autonomía, ni sin autonomía. Pocos días después, se volvió D. Raimundo a la corte, convencido ya de que los inocentes idilios no son más fáciles que en ella en los más rústicos y apartados lugares.
Si esto no le bastase para convencerse de la verdad de mi tésis, oiga á los génios investigadores que han compulsado los monumentos escritos de la antigüedad, y le dirán que el Veda enigmático de los Bracmas, las tradiciones pérsicas de los Güebros, el Zend Avesta de Zoroastro, los libros de Osiris, el Koran, y el Edda de los Escandinavos, fueron escritos, «en un lenguaje métrico y sentencioso», así como el Génesis y los demás libros poéticos de la Biblia; y que los Frigios y los Licios, en la estremidad occidental del globo, lo mismo que los Túrdulos y Turdetanos en el mediodia de la Europa segun lo dice Strabon y lo repite Humboldt redactaron en verso sus leyes, á las cuales asignaban una antigüedad de seis mil años.
Palabra del Dia
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