Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
Tal vez no tenga derecho de mezclarme de este modo en sus asuntos más íntimos, pero confío que usted me perdonará cuando reflexione que si me atrevo a hacerlo, es por ella, por esa pobre niña. ¡Y bien! exclamé, algo sorprendido de su inesperado cambio.
Como el infeliz Pirovani siguió diciendo me confió el manejo de su fortuna, y esta casa pertenece á su heredera, yo, en uso de mis facultades, le digo, señora marquesa, que puede usted seguir aquí todo el tiempo que juzgue oportuno, como si fuese de su propiedad, y sin pagar por ella un solo centavo. ¡Qué no haré yo por usted!... Ella le miraba fijamente con ojos interrogantes.
Confío en que Engracia y tú cuidaréis de papá: me iré tranquilo. ¿Pero es seguro que te obliguen a salir de Madrid? Inevitable: el regimiento ha recibido ya la orden. Hoy es jueves: mañana o pasado nos darán no sé qué cosas por administración militar, para completar los equipos, y al otro por la tarde nos vamos. ¿El domingo? Sí.
A pesar de la repugnancia de la familia por verle servir a Bonaparte, deberíamos mejor pensar en él que en semejantes repugnancias; cuando se trata de los hijos conviene hacer caso omiso de las opiniones políticas. Yo confío en que su amigo M. Almón de Virieu irá a reunírsele; es un bellísimo sujeto, ya entrado en años, y que ha de serle de gran utilidad en algunas circunstancias.
Yo me propongo hablaros exclusivamente de esta última causa, porque confío en que vuestra primera iniciación en las revelaciones de la ciencia ha sido dirigida como para preservaros del peligro de una interpretación vulgar. Sobre la democracia pesa la acusación de guiar a la humanidad, mediocrizándola, a un Sacro Imperio del utilitarismo.
Rosalía suplicó con más vehemencia que el día anterior, y Torquemada negaba y negaba y negaba, acentuando su crueldad con la pavorosa aparición de la rosquilla en el espacio comprendido entre las miradas de los dos interlocutores. La Pipaón confió a las lágrimas lo que no habían podido conseguir los suspiros.
Confió doña Mencía al P. Atanasio una respetable suma de dinero para que la repartiera con juicioso tino entre los soldados de la hueste y los campesinos pobres de las cercanías.
Había algo tan raro en el sonido de su voz, que no pude menos de mirarla. Sus ojos brillaban con un extraño fulgor, pero, en un momento la llama que los iluminaba se apagó y Luciana volvió a caer en la inmovilidad un poco triste y altanera que había guardado hasta entonces. Lautrec respondió: Confío esos papeles a Máximo, porque es mi amigo y el más caballero que conozco.
Hay mucha soberbia en mí, y yo he de procurar humillarme a mis propios ojos, a fin de que el espíritu del mal no me humille, permitiéndolo Dios, en castigo de mi presunción y de mi orgullo. No creo, a pesar de todo, como Vd. me advierte, que es tan fácil para mí una fea y no pensada caída. No confío en mí: confío en la misericordia de Dios y en su gracia, y espero que no sea.
¡Ahí! exclamó doña Paulita, después de concluir en voz baja un Padre nuestro; estas ideas del día ... ¡Jesús, qué sociedad! Pero todo se enmienda; y los más pecadores son los que más pronto salen de su error. Tráigala usted, don Elías, que yo confío en que esa desdichada entrará por el buen camino, y será una santa tal vez. ¿No lo fué María la Egipciaca?
Palabra del Dia
Otros Mirando