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Es gentleman desde su peinado hasta la forma de sus zapatos, y, al mismo tiempo, tiene una distinción, una desenvoltura... ¡Dios nos preserve del señor vulgar, del maniquí siempre endomingado o de la cabeza de peluquería! ¡Prefiero una cabeza de turco! ¡Adelante con las comparaciones!... ¡Pero, estaría yo fresca si tomase tus ocurrencias a lo serio!

No obstante, algo había que no se atrevía a manifestar, por no tener la seguridad de ser bien comprendida. Ni Segunda ni José Izquierdo lo comprenderían tampoco. Y como le era forzoso echar fuera aquellas ideas, porque no le cabían en la mente y se le rebosaban, tenía que decírselas a misma para no ahogarse. «Ahora que no temo las comparaciones. Entre ella y yo, ¡qué diferencia!

Señoras, hay una razón para que ustedes sean más bonitas que las madrileñas: es una razón que pueden apreciar mejor los que, como yo, se han dedicado a las bellas artes. Aquí hay el color y la forma, que allí no existen. Esta noche, afortunadamente, tengo ocasión de observarlo y de establecer comparaciones que resultan muy favorables para ustedes.

Salvador penetró en la gran tienda donde podía admirarse todo lo más hermoso y rico que producen las industrias de Montánchez y Candelario, y si no hubiera freno para las comparaciones, si todo lo visible pudiese entrar en el dominio del arte metafórico, bien podría llamarse a aquello el palacio de las morcillas o el templo del jamón.

No, hija mía; nada de eso basta á explicar mi predilección por Clarita. ¿Cómo que no basta? Sea V. franco. ¿No quiere V. y estima casi tanto á Lucía? Las comparaciones son odiosas, y las del cariño más. Supongamos, á pesar de todo, que estimo y quiero á Lucía casi tanto. Eso probaría sólo que Lucía vale casi tanto como Clara. Y que ambas están educadas con más esmero.

Pero desde esto hasta la exagerada admiración del Sr. Reyles por las novelas francesas y rusas, hay todavía enorme distancia, que yo no paso. Las comparaciones son odiosas, y no trataré yo de sostener contra el Sr. Reyles que la novela contemporánea española no es inferior a las de los países citados.

En cuanto al lenguaje, las composiciones correspondientes á este período están llenas, muy particularmente, de metáforas abundantes y de palabras vacías de sentido, de comparaciones rebuscadas é hiperbólicas, de antítesis y de pensamientos sutiles, de falso énfasis y de giros gongorinos, en una palabra, de todo el amaneramiento del estilo culto.

Decíase, y así lo dejaba comprender a sus amigos, que se había casado con una estatua, bastante agradable a la vista, pero cuya frialdad habría desanimado al mismo Pigmalión. Decía esto en términos menos honestos, tomando sus comparaciones de la historia natural con preferencia a la mitología.

Quisiera yo dar aquí noticia de no pocas novelas que recientemente he recibido y leído; pero las comparaciones son odiosas, el juicio puede ser falible, cegado por la mayor o menor amistad que con los autores nos una, y esto me arredra y casi no consiente que trate yo aquí de las últimas novelas, y que las juzgue y las compare.

Losana tiene pocos monumentos importantes como obras históricas y de arte superior, pero no carece de todo interés bajo ese aspecto. Amigo como soy de las comparaciones y de buscar la significacion de los contrastes, confieso que me sentí encantado al recorrer esa pequeña alti-planicie, en cuyos edificios veia la prueba del progreso humano y de los triunfos de la democracia.