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Actualizado: 29 de junio de 2025


Más probable es que el autor de Don Juan Tenorio se inspirase para su hermosa leyenda, en este caso, que en los sucesos narrados en la Cántiga LXI de D. Alfonso y los Castigos y documentos del rey D. Sancho que cita el Sr. Picón como orígenes de A buen juez, mejor testigo. En el archivo municipal de Sevilla existe una relación del suceso que no deja de ser curiosa.

Presentaba la República Argentina en aquella época un cuadro animado e interesante. Todos los intereses, todas las ideas, todas las pasiones se habían dado cita para agitarse y meter ruido.

Creo inútil firmarCristeta pensó: «¡Qué lacónico y qué escamado! Lo que él quiere es visita, entrevista para empezar a mentir, ponerse cariñoso y volverme loca. No, pues todavía noLlegado el día de la segunda cita entre Julia y don Juan, éste acudió primero.

Ordinariamente Juana acogía esas proposiciones con transportes de alegría; pero entonces la oyó fríamente y una sombra pasó por su mirada. Me quedaré á comer, eso si, con mucho gusto, como te había prometido. Pero no podré pasar la velada contigo. Tengo cita para un asunto serio con mi profesor de canto Campistrón. Tendré que dejarte á las nueve. Su hipocresía me puso fuera de .

Podía gozar por entero de todo el placer que resultaría de la venta del caballo de su hermano, sin privarse del gran placer de conseguir que Godfrey le tomara dinero prestado a Marner. Siguió, pues, cabalgando hacia el lugar de la cita. Bryce y Keating estaban allí, como Dunstan estaba seguro de ello; ¡tenía tanta suerte!

Pero Feliú no salió; tampoco salieron de la suyas Argüelles ni Calatrava, y fué que el maldito, como notó que Su Majestad había puesto el pie sobre el papel, quiso desorientarle y no fué á la cita, avisando á tiempo á Argüelles y á Calatrava para que no fueran tampoco. ¿Y después no ha tratado usted de averiguar?

Despues de Hahnemann se han ocupado muchos autores sobre el modo de que la ciencia fije sus efectos y propiedades. Preciso es citar á Hartlaub y Nenning, Wibmer y Ruckert. Huxham cita el caso de un hombre en el que el uso del subcarbonato de amoníaco desarrolló una afeccion escorbútica. § II. Efectos fisiológicos.

Existían razones particulares, las razones más poderosas que un hombre puede tener, para que hubiera cumplido su promesa y hubiese acudido a la cita. Pero no lo ha hecho. ¡Sus enemigos se lo han impedido, y le han robado su secreto!

En los libros son tambien freqüentísimos, y cada dia vemos contender los Autores recíprocamente sobre si es cierta la narracion, ó falsa la cita, y las mas de estas contiendas proceden de la precipitacion del juicio.

La casualidad ha hecho llegar hasta nosotros la noticia de la existencia de algunos juglares sevillanos, entre los cuales debió de gozar de gran prestigio, un tal Guillen, que fué vecino de la collación de San Esteban, y como tal se le cita en el Libro del Mayordomazgo mayor de esta ciudad del año 1407, consignando que era «franco por privilegio del Rey

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