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Actualizado: 8 de septiembre de 2025


La colección de sus comedias comprende 59, si bien sólo 51, como después veremos, son realmente suyas; hay otras 14 sueltas y tres en Los Cigarrales de Toledo; además poseemos algunos entremeses y autos sacramentales de su pluma . Sin embargo, si se hicieran investigaciones minuciosas, se encontrarían de seguro algunas obras suyas que se tienen por perdidas, ya manuscritas, ya en impresiones antiguas, y la recompensa valdría sin disputa el trabajo empleado en buscarlas.

D. Agustín Durán en su introducción á la Talía Española: Madrid, 1834. D. Nicolás Antonio. Montalbán: Para todos; Hijos ilustres de Madrid. Así lo dice el mismo en Los Cigarrales de Toledo: Madrid, 1621. Aquéllos en el tomo segundo de las comedias, éstos en Deleitar aprovechando: Madrid, 1635.

La tienda había sido traspasada por Cordero a otro comerciante, amigo y pariente suyo, y con esto quedó retirado absolutamente del comercio. Su capital, si no muy grande, sólido como el que más, le aseguraba rentas modestas y saneadas. Tenía vastos proyectos de ensanche y mejoramiento en los Cigarrales, y no esperaba sino a que aclarase el tiempo para trasladarse allá con toda la familia.

Ya anochecía cuando escribió una carta a don Benigno Cordero, manifestándole lo que más adelante sabrá el curioso lector. Esta carta la dejó en poder de D. Felicísimo, previa formal promesa de entregarla a Cordero, que vendría pronto de los Cigarrales y se encontraría en su casa de la subida a Santa Cruz. Despidiose del anciano y partió aquella misma noche.

«Compareció ante , Honorato Grapazi, notario residente en Pamperigouste: »El señor Gaspar Mitifio, esposo de Vivette Cornille, avecindado y residente en el lugar denominado Los Cigarrales; »Quien, por la presente escritura, vende y transfiere con todas las garantías de hecho y de derecho, y libre completamente de deudas, privilegios e hipotecas,

Unas decían: «Esperadme ocho días más, porque si bien nuestro asunto está terminado, no quiero marcharme sin hacer una pequeña contrata de pinos, pues desde aquí oigo los gritos de la casa de los Cigarrales pidiéndome que la ensanche». Más adelante escribía: «Con estos malditos temporales no hay carricoche que se atreva con las Siete Revueltas», y una semana después se disculpaba así: «Un excelente amigo, que vive en la misma posada, ha caído en cama con tan fuerte pulmonía que no me es posible abandonarle en este solitario pueblo.

Esos proyectos los tuve replicó Salvador con firmeza . No fui a los Cigarrales con otro objeto. Detuvo D. Benigno su voz y sus manos, como alelado, y preguntó: ¿Y ella? No quiso oírme. Mi situación al salir de los Cigarrales era bastante desairada. ¿Y después? He pensado que por negligente y confiado perdí la partida. ¿Y qué hay en usted ahora? Resignación. De modo que si yo no existiera....

; pero ese prodigio no acontecerá mañana, hija querida dijo Cordero sonriendo . Por ahora nos contentaremos con las tres mulitas de Peralvillo. Entraron la casa, donde hallaron a D. Primitivo Cordero, sobrino de D. Benigno, que venía a pasar unos días en los Cigarrales, y traía estupendas nuevas de la Corte, entre ellas la muerte del Rey.

Entonces dio un suspiro mayor, diciendo para : También nosotros nos hundimos; también a nosotros se nos ha caído la casa encima. Acordose entonces de Sola, a quien había dejado en su casa esperando el resultado de aquella visita, y no pudo menos de traer también a la memoria las corazonadas de la huérfana antes de salir de los Cigarrales.

Con toda la finura y dignidad de su carácter, con toda la cortesía de su educación y toda la tiesura de su embalsamado cuerpo expresó sus sentimientos, diciendo que aquel caso de liberalidad debía agradecerse más en una época funesta ¡ay! en que habían desaparecido, por completo los caballeros. Partieron a los Cigarrales. Allí trascurrían dulces y lentas las horas.

Palabra del Dia

passaro

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