Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de junio de 2025


Va con ellos el duque mozo de Villahermosa, don Fernando, en quien lo entendido y lo bizarro corren parejas, y don Fernando de Borja, comendador mayor de Montesa, de la cámara de su Majestad, con veinte y dos cursos de virrey, que se puede graduar de Catón Uticense y Censorino. Allí viene el Marqués de Santa Cruz, Neptuno español y mayordomo mayor de la Reina nuestra señora.

Moreno se hallaba tan conforme con esta observación, que la hizo extensiva no sólo a los poetas, sino a los grandes filósofos, reformadores, matemáticos, historiadores, y por supuesto a todos los santos y santas que la religión venera. Sócrates, Newton, Rousseau, Corneille, Séneca, Catón, Beethoven, Dante y otros varios, fueron verdaderos orates.

Veamos ahora lo que dijo a Currito el Guapo, hallándose presentes las demás personas que hemos enumerado: Tu modo de proceder, amigo Currito, me tiene ya harto, y como soy alcalde no he de consentir que siga. Nadie te ha dado el encargo de vigilar y de celar a las muchachas y de hacer el papel, navaja en mano, de Catón censorino.

Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho, está, ¡oh hijo!, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto deste mar proceloso donde vas a engolfarte; que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.

Vaya quien quisiere á ver malas tragedias en música, cuyas escenas no paran en mas que en traer al estricote dos ó tres ridiculas coplas donde lucen los gorgeos de una cantarina; saboréese otro en oir á un tiple tararear el papel de César ó Caton, y pasearse en afeminados pasos por las tablas: yo por , muchos años hace que no veo semejantes majaderías de que tanto se ufana hoy la Italia, y que tan caras pagan los soberanos extrangeros.

Mientras los demás chicos estudiaban la doctrina y el catón, él contemplaba los espectáculos de la Naturaleza, entraba en la cueva de Erroitza en donde hay salones inmensos llenos de grandes murciélagos que se cuelgan de las paredes por las uñas de sus alas membranosas, se bañaba en Ocin beltz, a pesar de que todo el pueblo consideraba este remanso peligrosísimo, cazaba y daba grandes viajatas.

Tal vez así se conseguiría también que no se le antojase en Washington á ningún senador remedar á Catón Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la toga y de exclamar delenda est Carthago, llevar en un faldón de la levita azúcar mascabada ó catite, y exclamar: delenda est Hispania. Y aquí pongo término á esta prolija carta, prometiendo no escribir la tercera, pues basta con lo dicho.

Ello parecerá increíble, pero llegamos, quedándome yo, sin embargo, en la duda de si habría andado el coche hacia la casa, o la casa hacia el coche; subimos la escalera, verdadera imagen de la primera confusión de los elementos; un Edipo sacando el reloj y viendo la hora que era; una Vestal, atándose una liga elástica, y dejando a su criado los chanclos y el capote escocés para la salida; un romano coetáneo de Catón, dando órdenes a su cochero para encontrar su landó dos horas después; un indio no conquistado todavía por Colón, con su papeleta impresa en la mano y bajando de un birlocho; un Oscar, acabando de fumar un cigarrillo de papel para entrar en el baile; un moro, santiguándose asombrado al ver el gentío; cien dominós, en fin, subiendo todos los escalones sin que se sospechara que hubiese dentro quien los moviese, y tapándose todos las caras, sin saber los más para qué, y muchos sin ser conocidos de nadie.

Palabra del Dia

deshice

Otros Mirando