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Sólo en aquel momento pude comprender la verdad profunda del poema de Byron; el cazador que detiene a Manfredo cuando tiene ya un pie en el vacío, es el instinto miserable del cuerpo, es la debilidad ingénita de nuestra naturaleza, que nos aferra al lodo de la tierra en el instante en que el alma, bajo una inspección alta y vigorosa, quiere mostrar que en vano pretende una patria celeste...

Otras veces mencionaba á cierto griego que, para ver á su amante, pasaba á nado todas las noches el Helesponto. Y él, que conocía los Dardanelos, quería volver allá como simple pasajero, para que no fuese un poeta llamado Lord Byron el único que hubiese imitado la legendaria travesía.

El príncipe de Polignac me presentó a él y le indicó que yo era el francés más simpático a Grecia que, como ministro, podía ofrecerle. Alegrábame yo de asistir con semejante título y en tan elevadas funciones, a la resurrección de aquel imperio, en el país de los grandes recuerdos y de participar como lord Byron, el heroico poeta, de resurrección tan gloriosa.

Los últimos momentos de Bonaparte en Santa Elena, me han hecho reflexionar mucho sobre el camino que Dios ha trazado, y que conduce de las glorias mundanales al panteón de la nada. Algo más cerca ha herido mi corazón la muerte del célebre poeta inglés lord Byron.

Froude puede decir lo que se le antoje, pero, en literatura al menos, no veo yo por qué los nombres del mencionado sainetero, los de los grandes poetas líricos que hemos citado, y los de bastantes otros más recientes que pudiéramos citar, han de excluirse de la historia de Europa y no han de poder figurar al lado de los nombres de Byron, Moore, Shelley y Burns.

Curioso sería saber de dónde ha tomado Coleridge la noticia en sus notas al Don Juan, de Byron, de que la más antigua forma dramática de la tradición de El Convidado de piedra es una comedia religiosa, llamada El ateista fulminado, acomodada después al teatro mundano por Tirso de Molina. No he descubierto rastro alguno de la existencia de semejante composición.

Madama Stael, una de las cabezas mas fuertes de nuestros dias, era una cabeza eminentemente poética. Rossi, el profundo economista, el político sesudo, uno de los primeros jurisconsultos del siglo, empezó su carrera literaria traduciendo en verso italiano los poemas de Byron, por lo que ha merecido los elogios del severo historiador Mignet.

De esta elegía ha dicho Lord Byron, que su autor seria el primer poeta inglés, sino hubiese escrito otra cosa. Traducida á todos los idiomas vivos, su celebridad ha ido creciendo con el tiempo.

Con mucho menos que tuviéramos continuó Maltrana , usted no se vería obligado a meterse en aventuras de colonización y yo viviría hecho un personaje. ¡Lástima que no estemos en los tiempos heroicos y románticos, cuando Lord Byron y Espronceda cantaban el pirata!

Baste decir que Vevey ha sido visitada con delicia por Voltaire y J. J. Rousseau, Byron y Víctor Hugo y mil viajeros eminentes. Aquella ciudad sorprende bajo el punto de vista social, no solo al hijo de las comarcas solitarias ó salvajes de Colombia sino tambien á los habitantes de las capitales europeas.