United States or Aruba ? Vote for the TOP Country of the Week !


El gitano escuchaba silenciosamente, mientras que Bentek continuaba sin interrumpirse sus ¡pom!... ¡pom! y su viva pantomima. Blasillo, poniéndose apresuradamente un cinturón, colocaba en él su sable, su puñal y sus pistolas.

...Yo no , maestro, si es demonio o brujo; mi manta encarnada se ha vuelto negra, y he mellado mi larga espada escocesa golpeando el ala satinada de un joven cisne. WORD'WOK, «Aventuras de Ritsborn, el buen loco». Y bien, Bentek dijo el gitano al viejo negro , ¿qué quieres? ¿Por qué has llegado aquí saltando y debatiéndote como un tiburón al que clavan el harpón?

Al lado del réprobo y apoyado en el cuello de Iscar, se veía al joven Blasillo, vestido de negro también, y teniendo en la mano una larga carabina damasquinada; después, Bentek y sus negros, formados en dos filas, rodeaban silenciosamente los cañones, y el ligero humo blancuzco que se elevaba de cuando en cuando probaba que las mechas estaban encendidas y las piezas cargadas.

¡Por el Cielo! ¡es el casco de la otra tartana el que hunden esos perros! exclamó Blasillo en voz baja, mostrando al gitano los restos del pobre buque, que, iluminado a cada andanada, comenzaba efectivamente a hundirse . ¡Fuego sobre ellos, comandante, fuego! Silencio, niño respondió el condenado. Y se llevó a la cámara a Blasillo, haciendo descender también a Bentek.

Por la noche, Blasillo vigilaba el embarque de las mercancías, y el viejo Bentek y los negros llevaban a bordo los últimos fardos, cuando Plock que hasta entonces había permanecido alejado, se aproximó al joven y le dijo: Sólo el demonio, hijo mío, le ha podido encargar de semejante comisión; pero yo me lavo las manos; ¡que la venganza del Cielo caiga sobre usted y sobre los que le mandan!

Pero Bentek, viviendo entre mudos, había acabado por tomar horror a la palabra y por perder casi la costumbre de hablar; de modo que no respondió más que por el monosílabo ¡pom!... ¡pom!... que acompañaba con gestos bruscos y precipitados. ¡Ah! ya caigo dijo Blasillo ; el viejo cormorán quiere probablemente hablar del cañón.

Al mismo tiempo tomó una mecha de las manos de Bentek, y se aproximó a un cañón; el disparo partió, la bala silbó, rompió el palo de mesana del guardacostas, hundió una parte de la borda, mató dos hombres e hirió tres.

El gitano miró fijamente a Bentek, e hizo un gesto que el viejo negro comprendió en toda su expresión, porque en dos saltos desapareció. , hijo mío, bebamos en este momento; porque, Blasillo, eres como el joven y ardiente savo que, como no distingue el grito inofensivo del alción del grito de guerra de la gaviota, afila sus uñas y su pico para sostener un combate imaginario. ¡Cómo!...