Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de mayo de 2025


Serás obedecido, rey de la locura replicó el Sultán. Y él mismo, levantándose de su solio como a tientas, quitó la cobertera de papelón, añadiendo: Respira y solázate, rey de la locura. No soy por cierto el rey de la locura respondió Ben-Farding. ¿Cómo no? articuló turbado el Sultán.

No se sabe adónde hubieran ido a dar las imaginaciones del desconcertado Sultán, cuando, en medio de aquella oscuridad, se dejó escuchar la voz del caprichoso Ben-Farding, diciendo: Querido Mohamad, ¿por qué te he de engañar revistiéndome con titulillos que no he ganado todavía? ¡Pues qué! ¿No hay más que ser el rey de la locura?

Yo me hubiera valido de mi conocida destreza, y hubiera aplicado mis medicamentos infalibles para que desistiese de su extraña terquedad, a no sospecharme que nuestro Ben-Farding no pudiera resistir mi método curativo, o, por mejor decir, mis medios de transporte... ¿Conque no quiere venir? gritó como un león el Sultán...

El Sultán, que en aquella tenebrosa obscuridad que envolvía la estancia estaba en ayunas de lo que pasaba en derredor de , exclamó impaciente: Querido Ben-Farding, ¿has dado ya en el encanto, conoces el sortilegio que embarga los sentidos de mi esposa? ¡Habla, habla!...

Y en un instante quedó la estancia en la obscuridad más completa: cada consejero o wazir dió un soplo tan fuerte a la antorcha más inmediata, que la mató en un punto, y tanto viento agitado hizo vibrar las puertas como si hubiese un terremoto. Entonces dijo Ben-Farding , hermano Mohamad, ya pueden destocarme de esta caperuza que me cobija, que por cierto ya me incomoda.

Al notar el amable Abu-el-Casín la no perpendicularidad de las piernas del wazir, se iba a llegar a él diciéndole con una voz reprimida, que semejaba al silbido de una sierpe: "Ha criado raíces el sabio y ennoblecido Mulesaif..." Cuando este discreto personaje, entendiendo la granizada que se le acercaba, le respondió con acento muy meloso: , yo estoy pronto, amable Abu-el-Casín; pero me he mantenido en mi rellanada postura, por estar más pronto a dar a mi persona más súbitamente; es decir, más presto, una configuración más adecuada para traer sobre los lomos a ese discreto Ben-Farding, que va a ser el mejor amigo de nuestro Sultán.

Diciendo esto Ben-Farding, saltó de su huronera, dió tres o cuatro carrerillas por la estancia, sacudió de papirotes y sardinetes a los deslumbrados wazires, cadíes y altos dignatarios del diván, y salió rehilando de la Alhambra, como Bodoque disparado por fuerte brazo de bien templada ballesta.

Los moedines gritaban en las torres de las mezquitas en son grave y acompasado, y los devotos y faquires repetían cantando las aleyas y las altacabiras, en tanto que el bullicio de la alborotada y curiosa gente se dirigía hacia la Alcazaba, en donde tenía su madriguera el misterioso Ben-Farding.

Hermano Mohamad respondió sosegadamente Ben-Farding , no te ahumes ni montes tan pronto en cólera: éste es el poder de la hermosura que arrebata hasta a los mismos seres subterráneos como yo, y enloquece a la misma locura; vista perspicaz de neblí has tenido para divisar y coger tan presto presa tan deliciosa, hermano Mohamad. ¡Es tan tierna!

Pues que me la traigan, hermano Mohamad respondió el loco Ben-Farding. ¡Que se la traigan! exclamó el Sultán. Y cien postillones, avivados por las insinuaciones del agradable Abu-el-Casín, capitán de la guardia africana, salieron disparados con tal orden a la apartada recámara en donde se encontraban las dos sultanas.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando