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Actualizado: 13 de junio de 2025
Se estrecharon la mano y no dijeron más. Ni el uno ofreció favor ni el otro pidió misericordia. Las gentes de Argel acudían ansiosas para conocer al «Demonio de Malta» amarrado a su banco de esclavo; pero al verle fiero y ceñudo como un aguilucho cautivo, no se atrevían a insultarle.
¿Qué vínculo misterioso liga todos estos hechos? ¿Es casualidad que Argel, Túnez, el Japón, Marruecos, Turquía, Siam, los africanos, los salvajes, los Nerones romanos, los reyes bárbaros, il terrore e l'spavento, el verdugo y Rosas, se hallen vestidos con un color proscrito hoy día por las sociedades cristianas y cultas? ¿No es el colorado el símbolo que expresa violencia, sangre y barbarie?
Ya está desempeñada mi comision, añadió el honrado eunuco, y me voy á embarcar á Ceuta, de donde la llevaré á vm. á Italia. Ma che sciagura, d'essere senza cogl.... Díle las gracias vertiendo tiernas lágrimas; y en vez de llevarme á Italia, me conduxo á Argel, y me vendió al Dey.
»En efecto, él vino a decir que lo que se podía y debía hacer era que el dinero que se había de dar para rescatar al cristiano, que se le diese a él para comprar allí en Argel una barca, con achaque de hacerse mercader y tratante en Tetuán y en aquella costa; y que, siendo él señor de la barca, fácilmente se daría traza para sacarlos del baño y embarcarlos a todos.
-No ha habido lugar para ello -respondió el captivo- después que salió de Argel, su patria y tierra, y hasta agora no se ha visto en peligro de muerte tan cercana que obligase a baptizalla sin que supiese primero todas las ceremonias que nuestra Madre la Santa Iglesia manda; pero Dios será servido que presto se bautice con la decencia que la calidad de su persona merece, que es más de lo que muestra su hábito y el mío.
De donde puede causarse La pena que dices brava? De una vida que hoy se acaba, Para jamas acabarse. Ya sabeis que aqui en Argel Se supo como en Valencia Murió por justa sentencia Un morisco de Sargel.
Vino a sacarnos del pupilaje, y teniéndonos delante, nos preguntaba por nosotros. Y tales nos vió, que sin aguardar a más, trató muy mal de palabras al licenciado Vigilia. Nos mandó llevar en dos sillas a casa; despedímonos de los compañeros, que nos seguían con los deseos y con los ojos, haciendo las lástimas que hace el que queda en Argel viendo venir rescatados sus compañeros.
En 1843 dos buques cargados de hombres tuvieron que regresar a Europa con su carga, y en 1844 el Gobierno francés mandó a Argel 21.000 suizos que iban inútilmente a Norteamérica. Aquella corriente de emigrados que ya no encuentran ventaja en el Norte ha empezado a costear la América.
Prescindiendo, pues, de estas expediciones hechas por nuestro poeta, movido por causas exteriores, casi hasta nuestros días, y obedeciendo á su natural afición, ha acometido otras casi anuales á Argel, á Suecia y Noruega, y otra vez á España, en el invierno de 1883 á 84.
Preguntar quería el general qué azotes eran aquéllos, o qué desencanto de Dulcinea, cuando dijo el marinero: -Señal hace Monjuí de que hay bajel de remos en la costa por la banda del poniente. Esto oído, saltó el general en la crujía, y dijo: ¡Ea hijos, no se nos vaya! Algún bergantín de cosarios de Argel debe de ser éste que la atalaya nos señala.
Palabra del Dia
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