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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Los apodos son, cuándo biografía sucinta, cuándo retrato en miniatura. Los dos apodos de Froilán Escobar le historiaban y le retrataban. Llevaba ya veinte años de estudiante en la Universidad, y no porque fuese inepto para aprobar los cursos, pues era de notable despejo natural. Decía: «El hombre que quiere conocer la vida es estudiante hasta que se muere.

Hasta es posible que ese contratista se crea superior á , que soy su jefe; todo porque tiene más plata. Sonrió Canterac con una expresión cruel, y siguió hablando. Yo haré que tenga menos. Hasta ahora le había tolerado ciertas cosas al aprobar sus obras. En adelante perderá muchos miles de pesos y se verá obligado á rescindir su contrato, yéndose de aquí.

Somoza solía aprobar moviendo la cabeza y diciendo: ¡Mucho! ¡mucho! ¡oh, , la ciencia! ¡mucho!... ¡la transfusión!... ¡claro! Tenía cierto miedo a los conocimientos médicos de don Álvaro.

Cuando se analiza bien todo el pasaje citado y las obras que condena, parece con claridad que su objeto no es tanto recomendar la estricta observancia de las tres unidades, cuanto atacar el abuso y la licencia que reinaban en esta parte. Más difícil es aprobar el segundo objeto de su crítica.

Viajaba por toda España, pero ya no era para aprobar una asignatura aquí y otra más allá: aspiraba a ser una autoridad en el arte taurino, un grande hombre de la afición, e iba de plaza en plaza al lado de su matador favorito, presenciando todas sus corridas.

Créame esto que le voy a decir... Uno de los motivos porque le pegué fue el haber dicho eso, el haberme encajado la bola de que Jacinta era como nosotras... Y dígame, ¿no merecía el morrazo que le di con la llave por afrentar a nuestra amiguita?... ¿No lo merecía? Claro que ... Guillermina estaba confusa; no sabía si aprobar o desaprobar...

El buen señor se enterneció al principio y aseguró que aquella chiquilla era verdaderamente deliciosa, pero después reflexionó y acabó por no aprobar que Mauricio la hubiese revelado su táctica. ¡Las mujeres son tan charlatanas! ¿Podrían estar seguros de que, con la mejor intención, no cometería Herminia alguna indiscreción, aunque fuese ligera?

Reconozco humildemente la superioridad de su mérito de usted, de su carácter y de sus sentimientos, y ya sabe usted que mi misma madre los ha reconocido muchas veces. Así, pues, no podrá menos de aprobar mi elección y acoger a usted como a una hija predilecta, digna hermana de nuestra Blanca que tanto quiere a usted.

No sólo iba a clase puntualísimo y cargado de apuntes, sino que se ponía en la grada primera para mirar al profesor con cara de aprovechamiento, sin quitarle ojo, cual si fuera una novia, y aprobar con cabezadas la explicación, como diciendo: «yo también me eso y algo más». Al concluir la clase, era de los que le cortan el paso al catedrático para consultarle un punto oscuro del texto o que les resuelva una duda.

Suspendo, por consiguiente, el dar mi aprobación hasta que demuestre en otro artículo que no hay el menor peligro en aprobar las Odas, porque la virtud purificante de la poesía convierte el rejalgar en triaca. En la poesía hay sin duda pasmosa virtud purificante. No quiero yo entenderla con todo, como he oído decir que la entendía Gœthe. Tal modo de entenderla es sobrado egoísta.

Palabra del Dia

bagani

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