Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de junio de 2025


En seguida me eché a temblar sin saber por qué, por instinto, solamente porque tengo el corazón como aplastado por el secreto que llevo en él y por mis culpas para con mi padre. Me senté en un taburete al lado de su butaca y esperé interrogándole con la mirada. Es muy joven dijo mi padre dirigiéndose a Máximo, es una niña. Había en sus palabras una tierna piedad que parecía abogar por mi.

Fué contando Gillespie todo lo ocurrido, que era igual, con ligeras variantes, al relato escuchado por el profesor al pie de la colina. Lo que siento terminó diciendo el gigante es no haber aplastado á toda esa canalla que pretendía registrarme. Pero otros llegarán; les espero, y van á tener peor suerte. ¿Y Ra-Ra? dijo el profesor. Esta pregunta amenguó un poco la cólera de Gillespie.

En el espacio de pocos meses había perdido a su padre y a su marido, se había quedado sola en el mundo. También el señor Conde murió de una manera espantosa, aplastado por un tren. ¿Pero después la trató mal el Príncipe? ; ofendió sus creencias; la abandonó; pero eso no es una razón para sospechar tan horrible cosa. ¿Se acuerda usted cuándo, cómo y por qué comenzaron los malos tratos?

Leto, felicitándose por salir tan fácilmente del atolladero en que se había visto, se arrimó más a Nieves; la cual le entregó el clavel aplastado y marchito, para que no se cayera del álbum mientras le hojeaban. Hojeándole y andando, llegaron al sitio apetecido; y por llegar a él, después de ponderarle mucho Nieves, dijo a Leto: Yo no quiero dibujar. ¡Que no? exclamó Leto asombrado . ¿Y por qué?

Y a las risas del orador, uníanse las carcajadas de todos los socios. ¡Aplastado el socialismo! ¡Qué gracia y qué palique tenía aquel muchacho!...

Pero el hombre aplastado por cualquiera de las diversas montañas que le caen encima en el mundo, aun cuando conozca que hay justicia y lógica en su situación, rara vez se conforma, y elevando las manecitas pugna por quitarse de encima la colosal peña.

¡Oh! aplastado; ¡figúreselo usted libre de un monstruo y con setenta millones de pesos! ¡Setenta millones! exclamó Blanca, bonito dote, mamá ¿eh? Fernanda hizo un signo de aprobación y su fisonomía se alumbró como si concibiese una vaga esperanza. Pero don Ramón ha sido feliz con su tía... un viejo pisaverde, alegre, muy sirvientero... ¿no es verdad? preguntó riendo.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando