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Actualizado: 24 de junio de 2025
¡Por los cuernos de Satanás! el sello de la aduana del Cielo nos cuesta más caro que la de Cádiz exclamó el maldito filósofo. ¡Cállate, miserable! dijo el fraile. Pero, reverendo, ¡dos doblones! Si es regalado, hijo mío. Ya se los cuesta al superior. Y la discusión iba a entablarse, cuando, de lo alto del sendero, acudió corriendo un hombre presa de la mayor agitación; era el pescador Pablo.
El puerto es interesante por su aduana, sus baños de mar, sus numerosos vapores-paquetes, su telégrafo submarino, sus extensas pesquerías y sus nuevos muelles artificiales.
Y el mismo curioso autor contemporáneo de estos sucesos, añade, después de haber dicho que el padre del marqués habíale afeado á su hijo la primera disputa en la Aduana, aquella tarde del día 21 de Diciembre de 1638: «Los parientes del difunto, que son muchos y muy calificados, conocieron la razón, y que su propia presunción y soberbia le quitó la vida al don Martín de Medina, marqués de Buenavista, si ya no discurrimos que el no haber querido desistir, habiéndose interpuesto el padre, y reprendídole diciéndole que estaba muy soberbio y vano, le ocasionó la muerte, como sucederá con los que no obedecen á sus padres.»
Mataderos públicos. Monte-Pio. Hospicios y hospitales. Locos del Sena. Movimiento de la poblacion. Casamientos. Caja de ahorros. Caja de descuentos. Presupuesto de Paris. Consumos. Aduana. Sociedades mercantiles. Ferro-carriles. Correos. Presupuesto general. Comercio. Deuda pública. Estadística de Inglaterra. Palacio Real. Bolsa. Tullerías. Louvre. Luxemburgo. Inválidos. Panteon. Luisa.
Por lo que á mí hace, durante todo el tiempo que permanecí en la Aduana, la luz del sol ó de la luna, ó el resplandor de la lumbre de la chimenea, eran idénticos en sus efectos; y tanto importaban, para el caso, como la mísera llama de una vela de sebo.
Los consejos de don Ciriaco hicieron que no acudiese con frecuencia a casa de Hortensia. Mi asunto marchaba bien. Antes de un mes podría ver en la calle de la Aduana este letrero: COMPA
Los accidentes de mi vida me han proporcionado con frecuencia esta ventaja; pero nunca de una manera tan completa y variada como durante el tiempo que permanecí en la Aduana de Salem. Había allí, particularmente, un hombre que me dió una nueva idea de lo que pudiera ser el talento, gracias al estudio que hice de su carácter.
Percibió el cabildo estas rentas hasta el año 1411, recibiendo el importe del diezmo del almojarifazgo en el arca de la aduana de la ciudad. Cuando algun año no habia arrendadores del almojarifazgo, ó no daban fianzas bastantes, ó no pagaban el diezmo como debian al cabildo, ponian sus fieles así á la renta como á cada una de las rentas anejas. Arch. de la catedral, caj. Z, leg. 2, núm. 38.
Fué para mí, realmente, como si el antiguo Inspector, con su traje de hace cien años, y su inmortal peluca, sepultada con él, pero que no pereció en el sepulcro, me hubiera visitado en la desierta habitación de la Aduana.
El piano quedó cautivo en la Aduana, mientras se resolvía el enredo de ciertos escrúpulos administrativos, y los viajeros fueron a alojarse en una posada, alquilando después la finca de Son Vent, inmediata a Palma.
Palabra del Dia
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