United States or San Marino ? Vote for the TOP Country of the Week !


Una vez hecho, le sucede lo que al famoso escultor griego que se enamoró de su hechura, o lo que al Supremo Hacedor, de quien dice la Biblia a cada creación concluida: Et vidit Deus quod erat bonum. Hizo el ministro su ministerial, y vio lo que era bueno.

Nullus tamen quamlibet eruditus sentiendi tibi, ac dissentiendi Auctor futurus est. Nemo enim fuit omnium, qui non ut homo interdum halucinaretur. Ipse autem erat Pythagoras, tantum opinio praejudicata poterat, ut etiam sine ratione valeret auctoritas.. Cicer. de Nat. Deor. lib.

Pero, ¡oh lástima! No hay bastantes operarios que les repartan el inestimable y necesario Pan del Evangelio, que con tanta ansia desean: Et non erat, qui frangeret eis. ¿Qué Jesuita habrá á quien tan justos como lastimosos clamores no hieran el corazón ó no le saquen lágrimas á los ojos? ¿Y á quién no encenderá en vivos deseos de socorrer necesidad tan extrema?

Mucho antes que hubiesen emitido esta idea los escolásticos se la encuentra en autores eminentes, «Idipsum enim tempus, dice san Agustin, tu feceras: nec præterire potuerunt tempora antequam faceres tempora. Si autem ante coelum et terram nullum erat tempus, cur quæritur, quid tunc faciebas?

Non enim erat tunc, ubi non erat tempus; nec in tempore tempora præcedis; alioquin non omnia tempora præcederes».

Sobre todo, me parece que en ningún tiempo mejor que en este se pueden decir, pero con lágrimas en los ojos, aquellas divinas palabras de Cristo: Parvuli petierunt panem, et non erat qui frangeret eis, porque en la misiones, que llaman de los Chiquitos, ó de los Parvulillos, hay muchos, por no decir innumerables indios, que claman por Padres, y como ellos se explican, que les enseñen la verdadera ley.

Dominus Francisquitus cum Carlota ejus sedebat in aureo rincone. ¡Oh quantum erat inflammata Carlota propter vinum!». Conticuere omnes, decía al narrar la ceremonia, y luego contaba cómo había jurado D. Francisco poniéndose de rodillas y extendiendo la mano sobre el crucifijo; cómo le había abrazado el Rey, cómo había el Infante besado la mano de Cristina y de la Princesa.

-No más refranes, Sancho, por un solo Dios -dijo don Quijote-, que parece que te vuelves al sicut erat; habla a lo llano, a lo liso, a lo no intricado, como muchas veces te he dicho, y verás como te vale un pan por ciento. -No qué mala ventura es esta mía -respondió Sancho-, que no decir razón sin refrán, ni refrán que no me parezca razón; pero yo me enmendaré, si pudiere.

-Ansí es y ansí será -dijo don Fernando-; por lo cual debe vuestra merced, señor don Quijote, perdonalle y reducille al gremio de su gracia, sicut erat in principio, antes que las tales visiones le sacasen de juicio.