United States or Republic of the Congo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Si cobarde vuelves la espalda, no vuelvas jamás a mi casa, ni te acuerdes nunca de tu madre, ni cuentes ya con su tierno cariño... Su indignación, su aborrecimiento eterno: he aquí la recompensa que te aguarda. He subrayado estas palabras porque son puntualmente históricas: constan en papeles impresos de aquel tiempo, que puedo mostrar al que verlos desee.

La ociosidad, lo mucho que te has divertido y el esplín inglés te ponen así. Y yo te juro que te aburrirás más si no vuelves a Dios tus miradas. Haz lo que yo, Manolo; dale un puntapié al mundo; hazte chiquito para ser grande; bájate para subir. ya no eres pollo; no te has de casar ya.

Es el de Sobrado, parque Usté no dude, y Usté se iformará y veraque es verdá. Q. b. s. m. Un afetísimo amigo». La Comadreja cerró, dictó sobre y señas, puso lacre fino del que ella usaba para escribir a su capitán, pegó un sello, y dijo a la Tribuna: Ahora, de paso que vuelves a tu casa, la echas en el correo con disimulo.

Pero tuvo aún serenidad para gritarle: ¡Deja ese revólver, Manolo! Si no lo dejas no vuelves a ver en tu vida a Amparo. ¿Por qué? preguntó aquél bajando el arma con el desconsuelo pintado en los ojos. Porque yo no quiero; porque la aconsejaré que no te deje entrar más en su casa.... Bueno, hombre, no te incomodes.... Ha sido una broma replicó apresurándose a colocar el revólver en su sitio.

Allí era: tuvo miedo, frío y ganas de llorar... Despidiose de D. José, el cual no comprendía por qué su ahijada le mandaba retirarse. «¿Pero qué? ¿Te quedas aquí?... ¿No vuelves a casa?... No me pregunte usted nada, padrinito. Pronto lo sabrá usted todo. Adiós. A ti te pasa algo. ¡Qué pálida estás!... Pero aguarda... Adiós, adiós».

Habla, Mariquita rugía la voz de Fermín. Di por qué haces eso. ¡Dilo por tu vida! ¡Mira que me vuelves loco! ¡Díselo a tu hermano, a tu Fermín! La voz de la muchacha salió tenue, vergonzosa, lejana, de aquel bulto tendido. No le quiero... porque le quiero mucho. No puedo quererle, porque le amo demasiado para hacerle infeliz.

Mira, si le hablan de ti palidece o se pone como un tomate, enmudece y después cambia de conversación en cuanto puede hablar. En el teatro, en el momento en que vuelves la cara, te clava los ojos, y cuando el público está más atento a la escena y ella cree que nadie la observa, te clava los gemelos. Pero la observo yo; por curiosidad, claro; porque a , en último caso ¿qué? Su alma su palma.

La purísima hostia, con no tener cara, miraba cual si tuviera ojos... y la sacrílega, al llegar bajo el coro, empezaba a sentir miedo de aquella mirada. «No, no te suelto, ya no vuelves allí... ¡A casa con tu mamá...! ¿? ¿Verdad que el niño no llora y quiere ir con su mamá?...». Diciendo esto, atrevíase a agasajar contra su pecho la sagrada forma.

¡Ah, tunante! exclamó Van-Horn . ¿Otra vez vuelves?... ¡Eres audaz, monazo! Y se presenta a nosotros con la pintura dijo el Capitán. Y con la corteza del wai-waiga añadió el marinero . Es una verdadera declaración de guerra, señor Van-Stael. Pero ¿qué significa esa lúgubre pintura? preguntó Cornelio. Es su atavío de guerra respondió el Capitán. ¿Y ese trozo de corteza de árbol?

Esto en es una enfermedad incurable, la dije: tratemos de ti... y ... ¿qué esperas? ¿qué deseas? Yo... me contestó mirándome fijamente, pienso como pensaba hace seis años. ¡No recuerdo! Pienso buscar la paz y la felicidad en Dios. ¡Ah! ¡vuelves a lo del convento! . Pero es extraño... ¿No amas? No. Eso es imposible. Una joven como ...