Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de mayo de 2025


De fuera, en la campaña, al pozo del agua, que estaba un tiro de cañón lejos del fuerte, hacia la parte del Zoco donde los moros hacían el mercado, pasó una compañía de arcabuceros para hacer la guardia hasta la marina, que ni más ni menos tenía su socorro cuando hobiese arma.

Estando la Excelencia del Duque de Medinaceli, Virrey de Sicilia y Capitán general de la empresa de Berbería, de día en día para embarcarse, habiendo ganado á los Gelves con grandísima reputación y en gran servicio de Dios y de Su Majestad Católica, y hechas todas las provisiones y expediciones necesarias para el fuerte y para la guardia dél, habiendo señalado 2.000 infantes escogidos entre italianos, franceses y españoles, y algunos alemanes, y por su Gobernador á Miguel de Barahona, el cual había sido Maestre de campo de un tercio de españoles, y queriendo Su Excelencia con el resto de los señores y capitanes y soldados irse á Sicilia para proveer las otras fuerzas más necesarias y de más importancia, y para tal efecto se había ya embarcado gran parte del ejército, y todavía se embarcaban, sino que, por desgracia y mala ventura, los soldados se revolvieron con los moros en el Zoco y hobieron una gran cuestión, la cual fué causa que la embarcación se suspendió por tres ó cuatro días, de lo cual Su Excelencia estaba con gran pesar; mas todo lo remedió con su prudencia é hizo que fuese adelante la dicha embarcación.

También nos embarazó que paresciéndole al Maestre de campo Barahona que el foso del castillo en la parte de Levante no quedaba tan bien como él quisiera, lo desbarató un día para dejallo más ancho, de manera que lo puso llano, y se hubo de andar tratando con los tudescos que lo aderezasen; y demás de todo esto, lo más principal fué el ruido que se tuvo en el zoco de los moros entre ellos y los cristianos sobre un albarcoque que tomó un cristiano á un moro sin pagárselo, de que hubo hartos muertos y presos de los moros y de algunos cristianos, á cuya causa, y por dejar el castillo en paz con la isla y que quedase por subjecta como lo era, se hubo de dilatar la embarcación dos ó tres días; y es verdad que D. Alvaro de Sande me dijo que nos embarcásemos luego, y poco después de sucedido este ruido, y yo le dije que parescería que nos embarcábamos de miedo de los moros, de que no ganaría nada el castillo ó fuerte embarcarnos de aquella manera sin asosegar la isla primero y capitular con el jeque, demás de la reputación, y no tener por tan cierta la venida tan presta del armada, antes estar en opinión de hombre de experiencia y marinero, que no vernía por todo mayo, el cual había muy poco que llegó de Sicilia.

Estos callejones oliendo a polvo y a miseria secular, con su pavimento de islas de pedruscos y mares tortuosos de fango líquido, daban al Rastro gran semejanza con las avenidas angostas y sombrías de un zoco moruno. En la plaza vieron a los vendedores más míseros, con sus puestos de objetos rotos, de una utilidad desconocida.

El Duque le agradeció mucho el aviso y le mandó dar diez escudos. Dende á dos días sucedió la revuelta de quel moro había avisado, en el zoco, donde ellos se ajuntaban á vender el día de mercado. Fueron alarbes los que comenzaron, pero no ganaron nada. En ella murieron dellos más de 50, sin otros muchos que se tornaron en prisión.

Sabreis, señora, que en este mismo punto, Viniendo por el Zoco, me fue dicho Como el Rey me mandaba que llevase A Silvia y á Aurelio á su presencia, Y tengo para , que algun tresleño Y mal cristiano, que á los dos conoce, Al Rey debe de haver ya declarado Como son de rescate estos cautivos, Y como el Rey está tan mal conmigo, Porque aceptar no quise el cargo y honra De reparar los fosos y murallas, Quieremelos quitar sin dubda alguna.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando