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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Kempis ni qué ocho cuartos!... Voy a hacer obras en el caserón. Voy a blanquear el patio y los pasillos, a empapelar el comedor y picar la piedra de la fachada. Verán ustedes qué hermosa queda la piedra amarillenta después que la piquemos. No quiero obscuridad, no quiero negruras, no quiero tristezas.
15 El que camina en justicia, el que habla rectitud, el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos de recibir cohecho; el que tapa su oreja, por no oír sangre; el que aprieta sus ojos, por no ver cosa mala; 17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.
En primer lugar, esto me vale cien mil francos y no cincuenta mil. Después, nadie tratará de acusarme o de perseguirme, porque usted ha hecho su testamento para suicidarse esta noche. La encontrarán en su cama, atravesada con su puñal y verán que usted ha tenido palabra.
Perdí una clase más; compré pastas; hice un te mediano, ¡lo confieso!, y ella no vino... Tampoco vino a la otra semana. Estamos en el cuarto lunes, y ya verán ustedes cómo brillará siempre por su ausencia.
Verán, verán el nuestro, con todo lo que hay de más lindo, para llamar la atención, y hacer que la gente se pare y entre a comprar algo. Después que entran, se les enseña más, se les hace ver esta y la otra cosa de precio, se les engatusa, y al fin caen. Los tenderos de aquí apenas tienen el arte del etalaje, y en cuanto al arte de vender, pocos lo poseen.
CHIRINOS. La cosa que hay en contrario es, que si no se nos paga primero nuestro trabajo, así verán las figuras como por el cerro de Ubeda. ¿Y vuesas mercedes, señores Justicias, tienen conciencia y alma en esos cuerpos?
Bueno, señora; es decir: bueno, «mamita», dejémonos de llantos para los que no hay motivo y ya verán ustedes cómo dentro de poco vuelve Lorenzo hecho unas pascuas dijo Melchor sonriendo al dominar la intensa, la profunda emoción que sentía. ¡Dios lo oiga!
Precisamente junto al oratorio había una gran sala con excelentes luces, en otro tiempo palomar, que ni hecha adrede sería mejor para aquel objeto. Con tanto brío se restregaba las manos Bringas, que poco faltó sin duda para echar chispas de ellas. «Vamos bien, bien. Vea yo, y verán todos mis obras...» era lo que sin cesar decía. Inútil creo decir que Rosalía estaba también muy alegre.
Considérense los luxuriosos, y se hallarán llenos de perturbacion, su ánimo inquieto, la salud perdida, la hacienda gastada, siempre rodeados de penas, sobresaltos, y temores por solo un deleyte pasagero y engañoso. Póngase la consideracion en los que tanto celebran los banquetes, las bebidas y los regalos, y se verán perder la salud del cuerpo con lo mismo que la pretenden conservar.
Es sierto que no estuve bien, lo reconosco... Pero ya verán ustés en la prósima corría, así que aclare el tiempo... Se hará lo que se puea. En ciertos cafés de la Puerta del Sol, donde se reunían otros aficionados de clase más modesta, no se atrevía a entrar.
Palabra del Dia
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