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Actualizado: 11 de junio de 2025
Viene de entre los vivos, sabe lo que ha pasado en el mundo, es la encarnación de esa esperanza de la llegada que en los últimos días se hace áspera y violenta... Estábamos todos apiñados en la escalera. El práctico saludó gravemente «¿Qué hay de nuevo?» preguntó alguno. «Garibaldi is died». Así tuve la primer noticia de la muerte del héroe de San Antonio.
Todos los días se paseaba por el atrio del Casino esperando con impaciencia los grandes papeles con gruesos caracteres manuscritos que los empleados iban fijando en los tableros. El sólo buscaba en los últimos telegramas el principio de la ofensiva anunciada por los enemigos.
A pesar de su ánimo, experimentaba una especie de cansancio y de abatimiento. Después del gran gasto de energía de los últimos años, la fuerza nerviosa que la había sostenido hasta entonces la abandonaba al llegar al puerto.
Por otra parte no se hizo menos venerar la equidad de la Justicia Divina y lo oculto de sus siempre, adorables juicios, en lo mucho, que quiso justificar su causa en la condenación de los tres Reos últimos en la lista de los relajados en persona. Pero qué se había de entender de Escritura Sagrada un Jabonero o un negociante en cintillas?
La presencia de monseñor Galli, de Rimini, su entrevista clandestina con Dolly, fue, como hemos sabido después por propia confesión de ella, para ver de cerciorarse de algunos datos concernientes a los últimos actos y movimientos de su padre, pues se había sabido que pocos meses antes había vendido en París, a un comerciante en el ramo, el histórico crucifijo de piedras preciosas usado por Clemente VIII, que fue depositado en el tesoro del Vaticano después de su muerte, el año 1665.
Al indescriptible rumor de los últimos alientos de mi tío, respondió en el acto desde la iglesia el primer tañido de las campanas que doblaban a muerto por él.
Sus pies, calzados de alpargatas, hollaban la grava, en la que se perdían los últimos estremecimientos del mar.
Si esta unidad legal existió bajo un poder absoluto, lo mismo era para los peninsulares que para los cubanos, y estos últimos no podían pretender entonces ser más libres que nosotros.
En los últimos tiempos se ha introducido una ligera reforma al sistema de asaltos: se avisa un par de horas antes al propietario o a la señora de la casa designada, no para darle tiempo de defenderse, sino por pura cuestión de sibaritismo: es para que el champagne esté helado y los sandwichs frescos.
Falta saber de quién es ahora la casa... ¿La habrá heredado doña Guillermina?...». Quedose meditando en que su destino no le permitía salir de aquel círculo de personas que en los últimos tiempos la había rodeado.
Palabra del Dia
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