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Actualizado: 19 de junio de 2025
Decía mil chirigotas, daba manotadas sobre la mesa, y arrojaba á la Princesa bolitas de pan. Movía sus brazos como atolondrado, cual si los goznes de éstos tuviesen un hilo, y oculta mano tirase de él por debajo de la mesa. «¡Cómo me estoy divirtiendo! decía el Canciller.
En los cuatro triángulos de la bóveda estaban representados escultóricamente el Aire, la Tierra, el Fuego y el Agua, como si los tales elementos tuviesen alguna relación con la industria que daba vida al vasto palacio. Cuatro arañas de metal, enormes y rutilantes, completaban la pesada suntuosidad. Allí donde no había dorados ó espejos, ocupaban las paredes vistosas pinturas.
Se trasladó a la madre de Martín a su casa, y fuera que las contusiones y la herida tuviesen gravedad, fuera como dijeron algunos que no estuviese bien atendida, el caso fué que la pobre mujer murió a la semana del accidente de la barraca, dejando huérfanos a Martín y a la Ignacia.
8 Y en el año segundo de su venida a la Casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que tuviesen cargo de la obra de la Casa del SE
Al cavilar así doña Luz se llenaba de vergüenza y temblaba como una azogada y se enojaba contra sí misma, juzgándose delincuente, loca y hasta infiel. Mientras pasaba esto en el ánimo de doña Luz, don Acisclo repartió entre sus hijos o guardó para sí los pocos y pobres objetos que el Padre había dejado, y que más habían de conservar como sagrada memoria que por el escaso valer que tuviesen.
Las dos niñas se casarían seguramente, cuando tuviesen edad para ello, con oficiales de húsares que ostentasen en su nombre una partícula nobiliaria, altivos y graciosos señores de los que hablaba con entusiasmo la hija de Misiá Petrona. La instalación de los Hartrott era digna de sus nuevas amistades.
Maud se había vestido elegantemente para asistir al baile, y no terminaría la noche sin que los dos tuviesen una explicación. Necesitaba conocer el motivo de su conducta inexplicable. Después de la comida la vio en el jardín de invierno tomando el café con los Lowe. El señor Munster fue a su mesa para repetir la invitación, y Maud le contestó con movimientos negativos.
Arreglándose en la forma dicha el gobierno de estos pueblos, me parece que los objetos a que el gobernador debería dirigir sus cuidados con particularidad son los siguientes: En primer lugar, era preciso que el gobernador atendiese a que a los indios no se les faltase por los factores en nada, en la forma que queda explicado, que sus jornales les fuesen justamente pagados, que se les vendiesen los mantenimientos y demás necesarios a su conservación y comodidad con la mayor equidad, y que se les comprase cuanto ellos tuviesen y quisiesen vender por sus justos precios, formando aranceles para todo; de forma que cada año, por el mes de febrero o marzo, que es cuando se han verificado las cosechas y se disponen las futuras siembras, se publicasen los aranceles para el año siguiente, así de los precios a que se les había de comprar todo lo que ellos recogieran y beneficiasen, como a los que se había de vender, que, siendo por mayor la venta, no excediese del precio a que se compraba de un quince por ciento, y por menor de un veinte y cinco.
Con altivez de grandes señores, arrojaron su puñado de cobre sobre el mostrador, como abofeteando al dueño. Si quería más podía ponerse a cuatro patas, que a ellos aún les quedaba dinero para taparle, si era preciso. Y decían esto con desdén olímpico, como si tuviesen a mano todos los millones del Banco de España en calderilla.
Las señoras le observaban de léjos con terror, y pedian con instancia que los locos tuviesen un wagon aparte. Una de ellas temia que los movimientos del «loco malo» hiciesen descarrilar el tren.
Palabra del Dia
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