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Actualizado: 21 de julio de 2025


En este combate ocupados todos, no acudieron á la puerta que Fernan habia acometido, y así sin tener quien la defendiese, la puso por el suelo, y entró á pié llano por el lugar, dando por las espaldas á los que combatian los torreones.

En todo el derredor una falda muy pendiente separa la planicie de la colina de las profundidades del Darro y los altos barrios de la ciudad. Despues, como un inmenso cinturon de piedra, arrancan del seno circular de la falda los enormes torreones y los estupendos muros que aislan la planicie, presentándola sobre el horizonte de Granada como una corona de rocas y verdura que se destaca en el aire.

Habeis hablado de castillos, de muros y torreones llenos de recuerdos: ¿dónde he de encontrar ya ni la sombra de los de Almería? Ve uno condensados alli los siglos sobre cada torre, escrita la historia de toda la edad media sobre cada almena.

Pero los profesores de la Universidad Central sabían en tal materia mucho más que los gigantes. Apareció otro vehículo llevando uno de aquellos torreones metálicos que habían aparecido al principio del desfile. En el cartelón de éste había pintados unos frutos gigantescos. Un olor de melocotón y de azúcar líquido se esparció por el patio.

Compónese la ciudad de tres grandes calles paralelas, en su parte principal, y solo es notable en cuanto á su estructura por las formas extrañas y el color amarillento de las casas, y un antiguo castillo feudal flanqueado en sus cuatro esquinas por torreones de severo aspecto.

Desnoyers había subido á lo más alto de uno de sus torreones y con los anteojos exploraba el campo. No alcanzaba á distinguir la carretera; sólo veía los grupos de árboles inmediatos. Adivinó con la imaginación debajo de este ramaje una oculta actividad: masas de hombres que hacían alto, tropas que se preparaban para el ataque.

El tren dejó atrás los torreones gemelos de los altos hornos de fundición «los castillos feudales de Sánchez Morueta» según decía el doctor, que pregonaban la gloria industrial de su poderoso primo, y después de atravesar un túnel, avanzó por la ribera cruzando los descargaderos de mineral.

Al llegar a la esquina del Alcázar dobló hacia la izquierda, y siguió caminando sin detenerse. Aislada entre las peñas y bañada por los últimos resplandores de la tarde, la basílica románica de San Vicente relucía cual cobrizo relicario; mientras los dos inmensos torreones de la puerta vecina se revestían de sombra cuasi nocturna.

En fin, aquellos torreones, lo que nosotros creiamos altares, no son otra cosa que las chimeneas de aquel enorme establecimiento; altares consagrados á otro culto no tan elevado, pero no menos indispensable. Es bien seguro que no hay un templo en todo Paris, que cuente con una cofradía más constante, mas exacta, más fiel.

El viajero que recorra por primera vez la ciudad de Córdoba y desee apreciarla en conjunto apenas puede hacer mas que ir siguiendo sus murallas, cercadas aun de gigantescos torreones almenados entre los cuales se ocultan estrechas puertas defendidas por recias barbacanas.

Palabra del Dia

malignas

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