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Actualizado: 15 de julio de 2025
«En Madrid se husan unas botas o borrachas adressadas con solo ambar y tambien unos toneles, que yo los tengo por mejores y duran más, que no caven mas de dos pottes, pero no tienen otra cosa ninguna que hambar grisa sin almiscle.
Los negocios de la casa obligaban a este taller a una incesante producción. Centenares de toneles salían de él todas las semanas para ser embarcados en Cádiz, esparciendo los vinos de Dupont por todo el mundo. En un lado del patio alzábase una torre formada con duelas.
El vaho alcohólico que transpiraba el roble de los toneles y el olor de las gotas derramadas en el suelo por el trasiego, impregnaban con un perfume de dulce locura el tranquilo ambiente de aquella bodega, blanca, como un palacio de hielo, bajo la caricia temblona de los vidrios inflamados por el sol. Fermín la atravesó, e iba ya a salir de ella cuando oyó que le llamaban desde el fondo.
A lo largo de las columnatas alineábase en andanas la riqueza de la casa, la triple fila de toneles acostados, que llevaban en sus caras la cifra del año de la cosecha. Había barricas venerables cubiertas de telarañas y polvo, con la madera tan húmeda, que parecía próxima a deshacerse.
Y Dupont el mayor acogía con sonrisa benévola las palabras de su primo, mientras enumeraba las excelencias de cada vino famoso. El encargado de la bodega, rígido como un soldado, se colocaba ante los toneles con dos copas en una mano y en la otra la avenencia, una varilla de hierro rematada por un estrecho cazo. ¡Saca, Juanito! ordenaba imperiosamente el amo.
Los Dupont constituyen una dinastía; su fuerza no admite auxiliares ni asociados; planta las vides en terrenos propios, y sus cepas han nacido antes en viveros de Dupont. La uva se prensa en lagares de Dupont, y los toneles en que fermenta el vino son fabricados por Dupont.
Preguntole él, oyole atentamente ella; díjole que a lo que ella había pesquisado, se la alcanzaba que la dama que el rapista había visto en el jardín de la casa del duende, era una riquísima señora indiana, que, con sus criados y algunos toneles llenos de oro, había venido de Méjico, y aposentádose en la posada de la Cabeza del rey don Pedro; y que había comprado la casa, ignorando que tenía duende, a su dueño el señor marqués de los Alfarnaches; y que lo que el señor Viváis-mil-años había visto, era que la susodicha hermosa y riquísima viuda indiana buscaba el modo de convertir aquella huerta abandonada e inculta en un paraíso en que solazarse.
El desplazamiento puede calcularse en 200 á 240 toneladas métricas, porque los más de los autores, singularmente Juan de Escalante afirman que las naves del Almirante eran poco mayores de 100 toneles y no llegaban á 200.
Mi madre está de vuelta a París, y ya ha salido de España. 2 de octubre. Me encuentro en Saint-Point desde ayer, en compañía de Alfonso, Cecilia y Eugenia; durante el viaje los niños se han divertido mucho. Alfonso, particularmente, estaba embriagado de alegría al verse caballero en una mula. Hemos cogido las uvas del emparrado, de las cuales sacaremos dos toneles de vino.
Con arreglo a las referencias o a la nota enviada del escritorio, combinaba el nuevo vino con los diversos líquidos y después marcaba con clarión en las caras de los toneles el número de jarras que había que extraer de cada uno para formar la mixtura.
Palabra del Dia
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