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Actualizado: 7 de junio de 2025


Y viendo al zagalillo rezar tan de corazón, se fue a él y le dijo: «¿Me das lo que has rezado?» «Tómalo», dijo el muchacho; y el alma se lo presentó a Dios y entró en la gloria de sopetón. ¡Mira si sirve el rezo para con Dios!

7 Había ya de largo tiempo esta costumbre en Israel en la redención o contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y éste era el testimonio en Israel. 8 Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo .

Tiene la hambre apretada Mi garganta en tal manera, Que aunque este pan agua fuera, No pudiera pasar nada. Tomalo, hermana querida, Que por mas crecer mi afan, Veo que me sobra el pan Quando me falta la vida. Caese muerto. Espiraste, hermano amado? Ni aliento ni vida tiene: Bien es el mal quando viene Sin venir acompañado! Fortuna, por qué me aquejas Con un daño y otro junto?

Tenía que huir, ponerse en salvo inmediatamente. Los enemigos pensarían seguramente que estaba en Marchamalo, y al amanecer, los caballos de la guardia civil trotarían por la cuesta de la viña. Fue un momento de loca agitación que el pobre viejo creyó interminable. ¿Adónde ir?... Sus manos abrían los cajones de la cómoda, revolviendo las ropas. Buscaba sus ahorros. Toma, hijo mío: tómalo todo.

», señor repuso ella; y me encuentro sin pan y sin asilo desde que nuestra ama fue desterrada y confiscados sus bienes. »Ese dinero viene de su parte; tómalo, dichosa y ruega a Dios por ella. »Y por usted, señor.

Y , Cleopatra, vete a la cama. Yo mismo prepararé la comida. MARCIO. ¡Permitid! ¿Por qué habláis de la comida? Cálmate, Cleopatra; aquí hay un error. Por lo visto, no te haces cargo de que has sido ilegalmente raptada. Escipioncito, déjame el pañuelo. ESCIPIÓN. ¡Tómalo, querida! MARCIO. ¡Permitid! No comprendo por qué se habla aquí de un pañuelo, cuando se trata...

5 Y aconteció que derribando uno un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y dio voces, diciendo: ¡Ay, señor mío, que era prestada! 6 Y el varón de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo nadar el hierro. 7 Y él le dijo: Tómalo. Y él tendió la mano, y lo tomó.

Y debatiéndose entre los hombres que la sujetaban para que no acometiese a Rafael, hundía las manos en sus harapos buscando el dinero, con una falsa precipitación, con el firme propósito de no encontrarlo. Mas no por esto era menos dramática su actitud. ¡Tómalo, perro roío!... ¡Ahí va, y así cada peseta se te güerva un mengue que te muerda el corazón!

25 Dijo luego Jehú a Bidcar su capitán: Tómalo y échalo a un extremo de la heredad de Nabot de Jezreel. Acuérdate que [cuando] y yo íbamos juntos tras Acab su padre, el SE

Palabra del Dia

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