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Echóse á reir Setoc, al ver que todos iban encorvados; y se tomó Zadig la libertad de explicarle la razon, enseñándole las leyes del equilibrio.
Lo que vos, respondió Zadig; adoro esas luces, y no hago caso de su amo y mio. Setoc entendió lo profundo del apólogo, albergó en su alma la sabiduria de su esclavo, dexó de tributar homenage á las criaturas, y adoró el Ser eterno que las ha formado.
El Egipcío no cabia en sí de enojo. ¡Qué abominable pais es Basora! mil onzas de oro no me han querido dar sobre la alhaja mas preciosa del mundo. ¿Cómo así? dixo Setoc; ¿sobre qué alhaja?
Comunicó Setoc el negocio con Zadig de quien habia hecho su consejero. ¿Qué condicion tiene vuestro deudor? le dixo Zadig. La condicion de un bribon, replicó Setoc. Lo que yo pregunto es si es vivo ó flemático, imprudente ó discreto. De quantos malos pagadores conozco, dixo Setoc, es el mas vivo. Está bien, repuso Zadig, permitidme que abogue yo en vuestra demanda ante el juez.
Así decia, y en lo interior de su corazon no pensaba mas que en el destino de la reyna de Babilonia. Dos dias despues se partió el mercader Setoc con sus esclavos y sus camellos á la Arabia desierta. Residia su tribu en el desierto de Oreb, y era arduo y largo el camino.
Murió un árabe de la tribu de Setoc, y la viuda, por nombre Almona, persona muy devota, anunció el dia y la hora que se habia do tirar al fuego, al son da atambores y trompetas.
Sí tal, replicó Setoc, que son seres eternos que nos hacen mil bienes, animan la naturaleza, arreglan las estaciones; aparte de que distan tanto de nosotros que no es posible ménos de reverenciarlos. Mas provecho sacais, respondió Zadig, de las ondas del mar Roxo, que conduce vuestros géneros á la India: ¿y por qué no ha de ser tan antiguo como las estrellas?
Así que llegó Setoc á su tribu, reclamó de un hebreo quinientas onzas de plata que le habia prestado á presencia de dos testigos; pero habian muerto ámbos, y el hebreo que no podia ser convencido, se guardaba la plata del mercader, dando gracias á Dios porque le habia proporcionado modo de engañar á un árabe.
Palabra del Dia
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