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El poder didáctico de Rafaela jamás realizó en nadie tan rápidas y provechosas mudanzas como en el ánimo y en todo el ser de Arturo Machado. Las saudades que él tenía de París, y que le hacían fastidioso a él mismo y a las demás personas, se disiparon por completo.

Y a fin de que no termine la duda, he procurado no informarme jamás ni saber el paradero del joven paraguayo, como si hubiera sido un ser peregrino que estuvo algunos instantes en nuestro planeta, y en seguida se desvaneció para siempre. Quise detenerme y me detuve en Lisboa, porque yo tenía saudades de Lisboa.

También estuvo éste en la corte de las Españas, pero sin duda fué menos afortunado. No logró empleo ni tuvo buena ventura, y hubo de volverse á su lugar lusitano. Retirado allí, escribió muy lindos versos sentimentales, llenos de saudades de una dama, con quien tuvo en Madrid relaciones amorosas.

Madona crepuscular que de nostalgias te vistes, cuando, tristes, caen las rosas del otro lado del mar; Madona, que, si pasas sobre el camino del hombre, dejas en toda frente prendidas las tenues gasas de unas "saudades" sin nombre; ¡Madona! ¡Madona mía! la de los ojos cargados de resplandores violeta, fuente de melancolía del poeta; tiende tus pálidas manos al que en tus velos de reina clara un dardo de ironía, porque no entiende tu culto ni sabe de tus arcanos, ¡santa mía!

Dentro de muy pocas horas lo fué de volverse a levantar los güéspedes al quitar , haciendo la cuenta con ellos de la noche pasada el güésped de por vida, esperezándose y bostezando de lo trasnochado con el Poeta, y trataron de caminar, ensillando los mozos de mulas y poniendo los frenos al son de seguidillas y jácaras, y brindándose con vino y pullas los unos a los otros, ribeteándolas con tabaco en polvo y en humo, cuando don Cleofás también despertó, tratando de vestirse, con algunas saudades de su dama: que las malas correspondencias de las mujeres a veces despiertan más la voluntad; y antes que diesen las ocho, como había dicho, entró por el aposento el camarada, en traje turquesco, con almalafa y turbante, señales ciertas de venir de aquel país, diciendo: ¿Heme tardado mucho en el viaje, señor Licenciado?