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Actualizado: 5 de junio de 2025
Pero a mi pesar mis ojos se volvían hacia donde Magdalena dormía, vestida de ligera muselina, acostada sobre la áspera tela que le servía de alfombra. ¿Estaba encantado? ¿Estaba torturado? Trabajo me costaría decir si deseaba algo más allá de aquella visión decente y exquisita que reunía todas las circunspecciones y todos los atractivos.
La tosca y fea silueta y los groseros detalles que distinguen las construcciones del minero californiano, y además su poco pintoresco emplazamiento, todo se reunía allí a la tristeza de la ruina.
Ella le miró también alguna vez a hurtadillas, advirtiendo que el muchacho, no sólo no tenía mala figura, sino que era lo que se llama un hombre guapo. Su fisonomía acusaba inteligencia, sus ojos lealtad; es decir, reunía los dos rasgos principales de la hermosura masculina.
Reunía a una memoria feliz, una concepción rápida, una imaginación ardiente y unos sentimientos nobles y elevados que no nacían en la imaginación, sino en el corazón. Tales eran las cualidades que brillaban en él de una manera notable.
Así, en su casa, que un corredor ponía en comunicación con su teatro, Margarita reunía todas las noches á los prohombres de aquella época de furiosas tormentas políticas, y bajo los ojos conciliadores, un poco burlones, de la actriz, los Montañeses y los Girondinos deponían sus odios pasajeramente y se daban las manos.
Siempre ocurría que este importuno había desobedecido alguna de sus leyes tan minuciosas y tan diversas, y el Consejo de guerra que se reunía en el foyer del teatro de la ciudad no necesitaba discutir mucho para enviar al acusado al cementerio, lugar donde se verificaban los fusilamientos de rebeldes, evitándose de este modo las molestias de una larga conducción de los cadáveres.
Si el enemigo replicaba, otra vez la estupefacción y el silencio; nueva corrida en busca de la consulta, y así transcurrían las sesiones con gran regocijo del barbero Cupido la peor lengua de la ciudad el cual, siempre que se reunía el municipio, decía a los parroquianos: Hoy es día de fiesta: corrida de concejales en pelo.
Cada nuevo Papa dirigía á la Universidad salmantina una carta especial, participándole su elección; y cuando había en Castilla nuevo Rey, la Universidad, en vez de enviarle Procuradores que le prestasen pleito homenaje, se reunía como en Cortes, por su propia cuenta, y le juraba fidelidad directamente.
Como hombre, reunía todo lo malo que cabe en nuestra naturaleza; como rey, resumió en sí cuanto de flaco y torpe puede caber en la potestad real. La revolución de 1812, primera convulsión de esta lucha de cincuenta años, que aún dura y tal vez durará muchos más, trató de abatir la tiranía de aquel demonio, y en sus dos tentativas no lo consiguió.
En el Puerto de Santa María y en Sevilla, María Briguela reunía en su casa á personas adictas, y con ellas se entretenía en prácticas de hechicerías, las cuales no se celebraron con tanto misterio que no trascendiesen al vecindario, con gran escándalo para todos, pues el demonio parece que tomaba parte en aquellas reuniones, no sólo para cosas contrarias á la religión, sino para excitar á sus poseídos á las mayores desvergüenzas y deshonestidades.
Palabra del Dia
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