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Actualizado: 17 de julio de 2025


Esta mujer había sido la preparadora inconsciente de muchos asesinatos... Y al mismo tiempo evocaba la imagen de la otra, de la amante que sabía retenerle con sus artificios en el viejo palacio de Nápoles, haciendo de la voluptuosa prisión el mejor de sus recuerdos. «No pensemos más en ella se dijo con energía . Ha muerto... No existePero ni aun después de muerta le dejaba en paz.

Mientras Ricardo rehusaba y el caballero insistía, Marta no despegaba los labios, pero se advertía en su rostro la zozobra y en los ojos suplicantes el vivo deseo de retenerle.

Juguete de sus pasiones, parecía que lo único que podría retenerle era el castigo en la vida futura; pero ese temor no le preocupa, puesto que al mismo tiempo que se le amenaza con el fuego eterno, se le dice de qué manera lo puede evitar, sin dejar de practicar el mal. La inmoralidad de las novenas

Para atraerle se hizo discreta; para retenerle, dulce; para seducirle, codiciable; para enloquecerle, sensual; le alentó con esperanzas, le exasperó con desdenes, le irritó con coqueterías, le animó con favores, y luego, de repente, sin transición; le puso a raya, resistiendo arrepentida y esquiva lo que acababa de conocer enamorada y vehemente.

El padre se murió sin ver carta de su hijo mayor, entre un sacerdote que le exhortaba y el pobre ciego que le apretaba convulso la mano, como si tratase de retenerle a la fuerza en este mundo. Cuando quisieron sacar el cadáver de casa sostuvo una lucha frenética, espantosa, con los empleados fúnebres. Al fin se quedó solo; pero ¡qué soledad la suya!

El padre se murió sin ver carta de su hijo mayor, entre un sacerdote que le exhortaba y el pobre ciego que le apretaba convulso la mano, como si tratase de retenerle a la fuerza en este mundo. Cuando quisieron sacar el cadáver de casa sostuvo una lucha frenética, espantosa, con los empleados fúnebres. Al fin se quedó solo; pero ¡qué soledad la suya!

El día menos pensado, no sólo para ir tan pomposas, sino para comer, faltará dinero a las Juanas, y entonces acudirán a usted y a otros a fin de retenerle, y como no podrán dar en cambio levitas, harto sabe el diablo lo que darán, ya no lo han dado.

Fuerza es confesar, aunque no redunde en alabanza de Juanita, que esta no desengañaba ni zapeaba a don Andrés por completo y que se deleitaba en retenerle y en provocarle con sus retrecherías.

En cambio la intendenta apretó de firme, sobre todo en la declamación: al echar los brazos al cuello a Rivera para retenerle, estuvo inimitable. Cuando bajó el telón, tío Manolo, desesperado, saltándosele las lágrimas, agitó los puños contra el suelo exclamando: ¡Infame tierra! ¿por qué no te abres y me tragas?

Doña Lupe no se atrevió a retenerle, pues aunque su corazón se llenó de sentimientos de soberbia y autoridad, nada de esto pudo traducirse al exterior, porque en el momento de intentarlo, un freno inexplicable la contuvo.

Palabra del Dia

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