Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de mayo de 2025


Cierto es que, cuantas ideas ella se forjaba de antemano, estaban relacionadas con las de la fealdad y la vejez, a fuerza de oír decir a sus compañeras que su protector no podía ser más que un viejo gotoso, extravagante y contrahecho.

En los días siguientes Olmedo confirmó esta buena opinión, hablándole con vivos encarecimientos de la formalidad de aquel chico y de lo muy arregladito que era. Quedó convenido entre Fortunata y su protector tomar un cuarto que estaba desalquilado en la misma casa. Aceptaba ella todo sin entusiasmo ni ilusión alguna, más bien por probar.

El proteger a un ser débil, desarmado, ignorante del peligro y que se fía de nosotros, es misión de una terrorífica dulzura. En aquella noche de viaje comprendí los transportes y las angustias del amor, todo ternura y todo temor; lo comprendí viendo dormir a aquella niña casi desconocida de la que una ironía de la suerte me hacía en aquel momento único protector.

Aun pretendía que su antiguo protector le agradeciese la cruel confesión. No: el niño no era su hijo. Y lo repetía satisfecha, como si de este modo afirmase más sus derechos sobre el hombre amado, colocando el pequeñuelo como un compromiso eterno entre ella y el amante de corazón. Sánchez Morueta salió de aquella casa con el alma rendida por los crueles descubrimientos. ¡Ni amor, ni hijo!

Sin duda, la naturaleza poco sensible del joven no lo incitaba a profundizar la pena que ella sentía, ante las fatalidades que amenazaban a los seres más caros a su corazón. Pero ella misma ¿no tenía algo que reprocharse? ¿Se había confiado a él como a un amigo y protector, en quien se busca amparo y consuelo en el dolor?

Todos esperaban que las puertas fuesen abiertas. Bien pronto llegaron Grano de Sal y el maestro Durand. A su vista todas las cabezas se inclinaron; ellos respondieron con un saludo protector a estas muestras de deferencia. Por fin, se abrió la puerta; y entre apreturas, empellones y codazos, cada cual se colocó en su sitio.

Por esta razón excitó á su real protector á acabar con ese abuso, y á clasificarlos con propiedad según sus diversas clases.

«¿Por qué vos zurráispreguntó ceñudo, tremendo. El Majito había salido a su encuentro. Pecado era para él más que un amigo, un protector, un maestro amado.

Precisamente su protector de los tiempos revolucionarios, aquel personaje del que había tenido que defenderse con el látigo, figuraba entre los gobernantes provisionales y era uno de los que aspiraban á la presidencia de la República.

La noticia de su venida fué, pues, para él, una contrariedad, si no un disgusto serio. Y, en efecto, hacia últimos de octubre, no tuvo más remedio que ir a esperarle a Lancia, en compañía de su suegro y de otra porción de señores, todos socios del Saloncillo. El nombramiento de alcalde a su favor, había constituído al magnate en protector decidido de este partido.

Palabra del Dia

evocaban

Otros Mirando