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Actualizado: 14 de octubre de 2025


La llaman Teletusa la Culebrosa, en conmemoración de la Teletusa antigua y clásica, a quien celebra Marcial en uno de sus epigramas por lo bien que bailaba, repiqueteaba las castañuelas y hacía otros primores.

Venían por el arco que da a la Plaza Mayor: doña Manuela, agitada, llevando alguna delantera a sus hijos y con el picaporte en la mano; Tirso, de hábitos y recientemente afeitado, detalle de aseo raro en él; Leocadia lucía puesta la mejor ropa que le quedaba, y a falta de primores en el traje, se había hecho un peinado muy llamativo. Pepe se adelantó al encuentro de su madre.

Entonces creyó percibir que él hasta muy tarde, hasta ya viejo, había empleado y gastado la vida en ganarse la vida y había carecido, acaso por dicha, de desahogo y de vagar para fingirse primores ideales y ponérselos ante los ojos del alma, como atractivo de su deseo.

Tengo gana de volver á comer piñonate, salmorejo, hojuelas, gajorros, pestiños, cordero en caldereta, cabrito en cochifrito, empanadas de boquerones con chocolate, torta-maimón, gazpacho, longanizas y los demás primores de cocina y repostería con que suelen regalarse los sibaritas bermejinos.

Debo añadir aquí que no se prescindió de medio alguno, ni se excusó diligencia para procurar que los trajes y la pompa y aparato escénicos correspondiesen y hasta realzasen la grandeza y solemne majestad del argumento. Despojada ahora mi producción de todos los primores que entonces le prestaron valer, será muy difícil que agrade.

Búrgos, por lo que tengo entendido, no se hace notable sino por la exuberancia de dos objetos: los primores de arquitectura gótica y los mendigos. Yo estaba ya satisfecho de monumentos y hastiado de mendigos. Queria ver en la region castellana el movimiento social, y eso determinó mi itinerario.

Abu Hafáz, lleno de complacencia, fue ofreciendo ante sus ojos, y poniendo sobre el mostrador, mil extraños primores en joyas y en telas. Ella no se saciaba de mirarlas. Era muy curiosa. El mercader le dijo: Aún no te he mostrado, sultana, lo más espléndido y peregrino que mi tienda atesora. ¿Y para qué lo escondes y no me lo muestras? dijo ella.

La habitación destinada a Florentina en Aldeacorba era la más alegre de la casa. Nadie había vivido en ella desde la muerte de la señora de Penáguilas; pero D. Francisco, creyendo a su sobrina digna de alojarse allí, arregló la estancia con pulcritud y ciertos primores elegantes que no se conocían en vida de su esposa.

Ya se me figura que es verdad cuanto usted me dice. Yo soy así. Vea usted lo que me pasa: hace un rato hablábamos de flores; pues ya se me ha pegado a la nariz un olor riquísimo. Paréceme que estoy dentro de mi estufa, viendo tantos primores, y oliendo fragancias deliciosas.

Al lado de esta y otras huellas de ferocidad, hay también documentos, de los que da cuenta el catálogo, en que conviene celebrar ciertas elegancias, primores y hasta ternuras que parecen propias de las más cultas edades.

Palabra del Dia

neguéis

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