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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Nada legitimista, y sin tener opinión determinada, no dejaba de ver que la Francia, desde hacía un siglo, marcha con la cabeza baja, y que siendo esa una postura anormal, concluirá por perder el equilibrio y caer en un precipicio en el que la enterrarían.
Cambió la escena de pronto, y la cascada, el precipicio y el torrente arrancaron un murmullo de admiración a los espectadores, que pocas veces habían contemplado en aquel género una obra de arte tan acabada y tan bella.
El cochero ha dejado la fusta, no lleva más que un cuchillo en la mano, dispuesto á cortar las riendas si los caballos, enloquecidos por el terror ó resbalando por un talud de nieve, llegasen á caer por el precipicio abajo. Terrible es la situación del caminante desdichado, cuando, al atravesar las nieves lentamente, le sorprende de pronto una tempestad.
Últimamente se destacaba la voz de Pez, de un tono íntimamente relacionado con su áureo bigote, que por la igualdad de los pelos parecía artificial, y el efecto narcótico crecía... El tal no podía ver sin amarga tristeza la situación a que habían llegado las cosas por culpa de unos y otros... La revolución con su todo o nada y los moderados con su non possumus ponían al país al borde de la pendiente, al borde del abismo, al borde del precipicio. Estaba el buen señor desilusionado, y no creía que hubiera ya remedio para el mal. Este era un país de perdición, un país de aventuras, un país dividido entre la conspiración y la resistencia. Así no podía haber progreso ni adelanto, ni mejoras, ni tampoco administración.
Cientos y á veces miles de palos se aproximan sucesivamente cerca del precipicio con objeto de que un simple empujón baste para lanzarlos rodando por la pendiente.
»El aposento de Carlos daba sobre el torrente, y los criados habían encontrado por la tarde a Gerardo al otro lado del precipicio, asido a las rocas que daban frente a las ventanas de su hijo, esforzándose para distinguirlo. »¡Ay de mí! ¡Ni el infeliz anciano ni yo debíamos volver a ver a Carlos! La mañana siguiente Carlos no bajó a la hora del desayuno.
Todo esto, contemplado por entre la abertura de un bosque y al borde de un precipicio, donde el caballo se detiene estremecido, prepara el alma dignamente para las poderosas sensaciones que le esperan. Empezamos el descenso por sendas imposibles y en medio de la vigorosa vegetación de la tierra fría, pues respiramos una atmósfera de 13 grados centigrados.
Un anfiteatro poblado de bosque, cerrado en tres de sus lados por rocas cortadas a pico en el desnudo granito, se inclinaba suavemente sobre la cresta de otro precipicio que dominaba la llanura. Sin duda alguna, era el punto más a propósito para un campamento, si hubiera sido prudente el acampar.
Tan pronto el torrente se hallaba de tal suerte encajonado que nos veiamos forzados á trepar por las laderas y á andar de precipicio en precipicio; tan pronto el desagüe de nuevos rios venia á engrosar de tal modo ese mismo torrente, que teníamos que pasarlo y repasarlo, luchando contra la corriente mas impetuosa y metiéndonos en el agua hasta la cintura.
Sí que lo es; pero las circunstancias... ¡El abismo!... Supongamos que un desventurado está al borde del precipicio y se le presenta el demonio de la infamia y le alza en sus manos. DON JOS
Palabra del Dia
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