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Actualizado: 11 de mayo de 2025


MERLUZA A LA MARINERA. Limpio y sazonado un trozo de merluza, se cuece con todas las hierbas como a la vinagreta; por separado se fríe cebolla y harina y se añade pimienta, perejil y agua de la que ha servido para cocer la merluza. Cuando se ha de servir, se vierte la salsa por encima.

Pero has de saber que es de buen gusto el no condenar en absoluto nuestras sabrosas comidas; y así, no hay cosa de más chispa que sorprender un día a tus convidados con un plato de salmorejo manchego, bien cargado de pimienta, o con un estofado de la tierra, bien espeso y oloroso.

Mientras iba por la calle en busca de la escalera de piedra donde Úrsula había quedado en esperarle, no podía menos de reírse del amor que Lucía profesaba al misterio. Después de todo, puede que tenga razón, concluyó por decirse; si no fuese por estos granos de pimienta echados sobre nuestras relaciones, la verdad es que llegarían a ser muy fastidiosas.

Dos onças de canela, 5 mrs. Quatro onças de pimienta, 4 mrs. Matalauua, ¿6 dineros? Seis açumbres de leche, 6 mrs. Mostaza, un mrs. Vino blanco e bermejo de villarreal e de la sierra para la yantar 210 mrs. Melones, 20 mrs. Pan, 45 mrs. Tocino para los pollos, 25 mrs. Carbón para el manjar blanco, 6 maravedís. Costaron de alquiler, 60 tajadores de madera 30 mrs.

Después de rehogados se separa la grasa, se espolvorean con harina, sal, pimienta y puré de tomate; se cuece con la cacerola tapada. La guarnición de las legumbres de que hemos hecho mención, agregando guisantes.

Allí se ostentan el tomillo y el sérpol, la mejorana amorosa, y la salvia bendecida de nuestros padres por sus grandes virtudes. La menta que sabe á pimienta y, sobre todo, la clavellina silvestre, exhalan los finos perfumes de las especias de Oriente. Parecíame que, en medio de aquellas landas, el canto de las aves tenía más armonía que en parte alguna.

Para ponderar el alto valor de una cosa se decía que era cara como la pimienta. El papú, Cornelio y Van-Horn, tropezando y cayendo, y mareados por el olor acre de la pimienta, iban abriéndose camino a hachazos, avanzando poco a poco y descansando a cada instante para limpiarse el sudor que les inundaba, pues el calor era insoportable en lo interior de la selva.

HUEVOS ESTRELLADOS. Se pone en una cacerola agua con sal y vinagre; cuando está hirviendo se echan los huevos con cuidado y cuando se cuajan se sacan con una espumadera; se colocan en un plato, echando sobre cada uno un poco de pimienta y zumo de limón.

Con el resto de la carne del pavo, lomo y jamón, se hace un picadillo y se pone en una vasija con la sal necesaria, pimienta molida, nuez moscada, dos cucharadas de jerez o vino blanco, se remueve todo, dejándolo reposar un par de horas, para que tome bien el adobo; después se agregan trufas cortadas, que se introducen bien mientras se va colocando en la piel del pavo, primero la mitad del picadillo, luego las tiras de pechuga y jamón y lomo, y encima la otra mitad del picadillo.

Freya le conocía todo un botiquín portátil lleno de anestésicos y venenos. Además, lleva encima un saquito repleto de ciertos polvos de su invención: tabaco, pimienta... ¡demonios! El que los recibe en los ojos queda ciego. Es como si le echasen llamas. Ella era menos complicada en sus medios de defensa.

Palabra del Dia

ciencuenta

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