Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de julio de 2025


Su caballo pareció reconocerlo al quedar él sobre la silla, y apenas le hubo picado con sus espuelas, salió á todo galope en la misma dirección seguida por Rojas. Llevaba varios minutos el estanciero de perseguir á Manos Duras y no perdía la esperanza de alcanzarlo. Era difícil poder galopar de un modo continuo en aquellas pendientes arenosas.

De la cantidad con que cualquier manirroto se proporciona un placer, Juanito Santa Cruz sacaba siempre dos. A fuer de hábil financiero, sabía pasar por generoso cuando el caso lo exigía. Jamás hizo locuras, y si alguna vez sus apetitos le llevaron a ciertas pendientes, supo agarrarse a tiempo para evitar un resbalón.

Más de cien veces había querido comprárselo: le ofreció un precio exorbitante; le ofreció construirle una casa. La bruja no consintió jamás en trasladarse. Aquel espionaje constituía el mayor, quizá el único atractivo de su vida. Se mordió los labios con ira y respondió: Por eso, porque lo fisgo todo sin duda he sabido que te regala pendientes de perlas y te da palmaditas cariñosas en la cara.

Las que ha visto en la falda y en las primeras quebraduras, no las vuelve á ver en las más elevadas pendientes; y si algunas quedan, desaparecen junto á las nieves para que las sustituyan otras especies. Es un cambio continuo en el aspecto de la flora, conforme su aproxima uno á las altas cumbres.

El aspecto general de la ciudad es melancólico, pero sus pendientes senderos escalonados desde el rio, los bosques que la rodean y coronan la montaña, la majestad de sus altas rocas escarpadas y los risueños paisajes del vecino valle, dan una hermosura particular á todo el panorama.

Los árboles crecen lentamente, sobre todo en las montañas, pero en los caminos del alud no nacen. Verdad es que á fuerza de trabajo se podría sujetar á la nieve en las altas pendientes y precaver así el desastre de su desplomo á los valles.

Comenzaban siempre hablando del tiempo. Eran en su mayor parte ganaderos y ricos labradores, que vivían pendientes de las necesidades de la tierra y las variaciones del cielo.

Entre tanto, pasaban los días y se aproximaba el de la boda, que había de ser sin ningún aparato. Don Acisclo y Pepe Güeto, no obstante, habían hecho un corto viaje a Sevilla para comprar regalos a la novia, cada cual según sus facultades. El de D. Acisclo fue magnífico. Consistía en unos pendientes y en un broche de brillantes, que le costaron dos mil duros.

Después iba sacando del perfumado encierro todas las joyas que constituían su orgullo: pendientes y sortijas de gran precio revueltos con otras alhajas exóticas de bizarras formas y escaso valor adquiridas en sus viajes. ¡Mira bien! decía gravemente á Ferragut mientras frotaba contra su brazo desnudo el enorme brillante de una de sus sortijas.

Los de las explotaciones del país eran de un rojo antipático, de escombros de mineral, desmoronándose con las lluvias sus pendientes, revelando el espíritu de sus dueños, incapaces de realzar con el más leve adorno los instrumentos de explotación.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando