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Actualizado: 18 de junio de 2025


Las señoras ya no viven en la casa... Las señoras han partido de repente con Karl, su empleado. Y explicaba el resto de esta huída con una sonrisa hostil y maligna. Comprendió Ferragut que no debía insistir. La mujerona estaba furiosa por la fuga de las damas tedescas, y examinaba al marino como un presunto espía, bueno para una denuncia patriótica.

Los frutos de esta grande y patriótica obra han correspondido a las esperanzas del noble artífice; hasta el año pasado había ya en Mendoza algunos millones de moreras, y la seda, recogida por quintales, había sido hilada, torcida, teñida y vendida a Europa, en Buenos Aires y Santiago, a cinco, seis y siete pesos libra; porque la joyante de Mendoza no cede en brillo y finura a la más afamada de España o Italia.

Por lo demás, los franceses mismos, en su literatura patriótica, no han sido nunca tan escrupulosos ni se han parado en barras en lo de molestar con más o menos justicia a naciones que han tenido con ellos algún altercado. Otros dos escritores extranjeros, al ocuparse ligeramente del mismo asunto, han seguido el criterio de Mr. Louis-Lande. A ellos dirijo también estas observaciones.

Ni remotamente se me ocurrió mortificar poco ni mucho a los naturales de un país enemistado con el nuestro en aquellos trágicos días. La demencia patriótica que nuestros vecinos llaman chauvinisme es tan contraria a mi manera de sentir, que me tengo por libre de tal enfermedad ahora y siempre.

Otro atractivo del establecimiento eran las banderas que en días de fiesta patriótica ondeaban sobre su techumbre y el resto del año adornaban su interior.

La desgracia no habla cesado aun de afligir y poner á prueba el noble amor del heróico patricio; no habia cesado aun de acrisolar con el fuego de los mas rudos tormentos su lealtad y su constancia; aun no habia descargado sobre su cabeza el mayor y mas formidable de sus golpes. Una nueva defeccion, hija de la tentadora codicia, vino á cortar las alas á su patriótica y halagüeña esperanza.

En aquel mismo momento, don Carlos de Borbón, el pretendiente, llegaba rodeado de un Estado Mayor de generales carlistas y de algunos vendeanos franceses. Se leyó una alocución patriótica, y después don Carlos, repitiendo el final de la alocución, exclamó: Hoy dos de Mayo. ¡Día de fiesta nasional! ¡Abaco el extranquero! El extranquero era Amadeo de Saboya.

La lucha industrial y los egoístas deseos de lucro tomaban un carácter de abnegación patriótica. Si un país inventaba un cañón enorme, al año siguiente el país adversario producía otro dos veces más grande. Sobre las olas todavía era más disparatada esta exageración de los medios ofensivos.

Es preciso, pues, llevar al Parlamento hombres de recta voluntad, de posición; hombres verdaderamente..., ¿cómo lo diré más claro?..., hombres, en fin..., contingentes, que no vayan allí a hacer su propio negocio, sino la felicidad de los pueblos.... Ahora bien: para que un hombre de estas condiciones eche sobre carga tan pesada, no basta la abnegación más patriótica; se necesita también el concurso de los demás hombres que como él piensan.

Después, cuando el gobierno fué empujando los indios hacia las fronteras y puso en venta los territorios sin dueño apreciando como una abnegación patriótica que alguien quisiera adquirirlos , Madariaga compró y compró á precios insignificantes y con larguísimos plazos. Adquirir tierra y poblarla de animales fué la misión de su vida.

Palabra del Dia

rigoleto

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