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Actualizado: 14 de junio de 2025


Ignoro si allí habia los dos mil millones de reales á que subia la recaudacion; ignoro si en aquellas piras de oro se habian vertido seis mil doscientos cincuenta talegas de onzas; pero si no habia este número, habia tantas, que bastaban para asombrar al cristiano de más espíritu.

Cullen, el secretario de López en la época de la muerte de Quiroga, y que a la de López queda de gobernador de Santa Fe, por disposición testamentaria del finado, es depuesto por Rosas y sacado al fin de Santiago del Estero, donde se ha asilado, y a cuyo gobernador manda Rosas una talega de onzas o la declaración de la guerra, si el amigo no entrega a su amigo.

Cuando era ya el terror de la República, preguntábale uno de sus cortesanos: «¿Cuál es, general, la parada más grande que ha hecho en su vida?» «Sesenta pesos» contestó Quiroga con indiferencia; acababa de ganar, sin embargo, una de doscientas onzas. Era, según lo explicó después, que en su juventud, no teniendo sino sesenta pesos, los había perdido juntos a una sota.

Están ocho días en un pueblo, duermen en una cama cuatro; comen olla de vaca y carnero, y algunas noches su menudo muy bien aderezado. Tienen el vino por adarmes, la carne por onzas; el pan por libras, y la hambre por arrobas. Hacen particulares á gallina asada, liebre cocida, cuatro reales en la bolsa, dos azumbres de vino en casa, y á doce reales una fiesta con otra

Todos los postres que se ponen al horno después de cocer al baño maría se meten con el mismo recipiente con agua. Si en lugar de limón quiere ponerse canela o vainilla, cambia el nombre del flan, pero la confección es igual. FLAN DE AVELLANA. Para un cuartillo de leche, tres onzas de avellanas tostadas y molidas, cuatrocientos gramos de azúcar y doce yemas.

Triste es, muy triste, que un hombre medio loco socorra á semejantes suyos, divirtiéndose á costa de la miseria de su prójimo; pero es muy triste todavía que se despilfarren miles y miles de onzas de oro, encargando manjares y bicocas á Paris, cuando España es la tierra de los manjares. Lo del ruso es más extraordinario. Lo de la familia de Madrid es más necio. El ruso se divierte á mismo.

Sobre el cuerpo de mi tia, respondió el Egipcio, la mas honrada muger de Egipto, que siempre me acompañaba, y se ha muerto en el camino; he hecho de ella una de las mas hermosas mómias que pueden verse, y en mi tierra encontraria todo quanto dinero pidiese sobre esta prenda. Buena cosa es que no me quieran dar siquiera mil onzas de oro, empeñando un efecto de tanto precio.

No, señor; pero me ha regalado dos onzas de oro porque pasara recado, y como no era decente que esperase respuesta en el zaguán, lo he hecho entrar en el cuarto de estudio. ¡Y dices que te ha dado dos onzas de alboroque! Pues ha de ser algo de importancia lo que trae a ese sujeto.

Mi existencia en Indias ha sido la del que honradamente busca el pan por medio del trabajo; pero con tan aviesa fortuna que todo mi caudal, fruto de mil privaciones y fatigas, apenas pasa de cien onzas de oro que encontrará vuesa merced en un cincho que llevo al cuerpo.

Por fin se enteró. «Hoy no llevo más que media libra de falda para el cocido y una chuletita de lomo. Señor Paco, pésemelo bien». Tome usted, simpatía, y mande. También compró dos onzas de tocino; luego una brecolera en el puesto de verduras de la carnicería, y en la tienda de la esquina, arroz, cuatro huevos y una lata de pimientos morrones.

Palabra del Dia

rigoleto

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