Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de junio de 2025


¡Por el amor de Dios! interrumpió el médico empujándome hacia el fondo del estragal . Ropa seca y un poco de lumbre para , y una cama para éste, antes de todo; y calentándonos hablaremos después. Es que está mi tío en la cocina repliqué temiendo que no pudiera decirse delante de él todo lo que Neluco tuviera que contar.

A usted ¿qué le parece? De perlas me pareció, y así se lo declaré a Neluco. Quedó él en convertir el plan en cosa hecha, y llegamos en esto a la alcoba de Chisco. El cual no estaba ya en ella ni en sus inmediaciones. Preguntando por él a Tona, supimos que andaba, buen rato hacía, arreglando el ganado. Bajamos a las cuadras y allí dimos con él.

Neluco frecuentó más la cocina al principio que al fin de aquella temporada, y yo creo que lo hizo con el fin caritativo de abreviarme el periodo de «aclimatación», porque le notaba yo muy diligente en echar hacia los temas de las conversaciones, en traducirme las metáforas y en ayudar a mi tío en su incesante tarea de avivar fuegos de la tertulia aguijoneando a los concurrentes más activos.

A última hora llegaron don Sabas y Neluco: el primero resuelto a quedarse allí, sin que lo notara el enfermo, favor que le habría pedido yo si no se hubiera anticipado él a ofrecérmele; el segundo a informarse del estado de las cosas antes de retirarse a descansar.

Era un hombre de buena edad, estampa agradable... y juez municipal de su pueblo: de aquél muy empingorotado en que había conocido yo a uno de mis consanguíneos de Promisiones, yendo con Neluco a la Torre de Provedaño.

Mi tío y yo, como lo solíamos hacer a menudo, cenamos en la perezosa: él su correspondiente ración de leche, alimento único que te había prescrito Neluco últimamente, por convenir tanto a su invencible inapetencia como a la índole de su enfermedad, y yo los ordinarios condumios de Tona y de su madre, a los que se había ido haciendo mi estómago agradecido.

Al mediodía volvió Neluco, que no halló en el enfermo nada de particular ni de nuevo, ni quiso acceder al ruego que le hice de quedarse a comer con nosotros; ruego que, por su parte, me había desairado ya el Cura.

En mayo empezó Neluco las obras, y a fin de junio, cuando ya estaban terminadas las principales y más engorrosas y se desbandaban hacia el Norte las gentes adineradas de Madrid, salí yo para la Montaña con una impedimenta que metía miedo.

Así me gusta verle a usted me dijo , y no con la triste catadura de estos días atrás. Pues a ella volveremos, amigo Neluco le respondí , si Dios no hace el milagro que le pido. Sin embargo, usted se reía ahora... La risa del conejo...

Repitiendo el camino andado por en compañía de don Sabas, me pareció haber tardado menos que con él en llegar a Promisiones; ventaja que fue debida indudablemente a lo que me entretenía Neluco con noticias muy curiosas sobre cada palmo de terreno que pisábamos y le eran tan conocidos como los rincones de su casa.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando