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Actualizado: 19 de junio de 2025
Las melodías con que se cantan de ordinario, acompañadas con la guitarra, están, por lo común, en compás de tres por cuatro, y á veces también en modo menor. En la invención de estos cantares descubren á veces las gentes de la clase más baja un sentimiento musical muy elevado.
Después, ajustando sus pasos al compás de la marcha musical, desfilaban los rojos fajines y los portacirios de plata de los concejales; y por fin, con un tránsito obscuro de la luz a la sombra, pasaba la negra masa de la tropa, en la cual los instrumentos de música lanzaban amortiguados destellos y los filos de las bayonetas y los sables brillaban como hilillos de luz.
Nos hemos decidido por el de la Francia musical. Disponiendo así el plan del dia, nos dirigiamos al paseo del Palacio Real, de donde pasamos á los jardines que decoran los costados de las Tullerías, por la parte del Sena, con el objeto de evitar el calor.
Apenas había chicuelo que no fuese obsequiado por sus padres o por los amigos de sus padres con un pito, con una trompeta o con un tambor. Y como casi todos desplegaban en seguida su capacidad musical en los instrumentos que les habían mercado, el aire resonaba con marcial y alegre, aunque algo discordante armonía.
Felices los que mueren abrazados a la quimera... Bienaventurados los que no ven cumplidos nunca sus deseos y viven en el engaño, alegría de nuestra existencia. Y al subir por una escalerilla de hierro recibieron en la cara el soplo musical de las enrojecidas ventanas del salón.
Pero la ignara turba ha invadido mi mesa de despacho en pos de un raro acontecimiento femenino y musical.
Así encuentro yo que en las guajiras y en otros cantares y músicas de la isla de Cuba, en los de los minstrels de los Estados Unidos y en los cantos y bailes populares del Brasil, hay un fondo idéntico que les da singular carácter, y que proviene de la inspiración musical de la raza camítica.
Fuiste la delicia de nuestros difuntos abuelos; dasnos, en el tiempo presente, un dulzor de consuelos, que son para el alma cual riego en muriente jardín; y serás mañana de toda una raza la gloria cuando, con tu música, su toque marcial de victoria dé a los cuatro vientos un libre y sonoro clarín... Héla ahí: fino el cristal, tembloroso, musical. Héla ahí: fino el cristal.
Me alegro mucho de haberle hecho sentir la hermosura de esa pieza musical. Este nocturno es apropiado al momento presente. Siempre trato de establecer armonías entre el tiempo, mis pensamientos y las cosas. ¿Quiere usted que continuemos en esta nota? Hablemos seriamente, esto no nos sucede frecuentemente, y hoy tengo pocas ganas de divertirme. ¡Me da usted miedo!
El «bambuco» es el triste de nuestra campaña, pero más musical, más artístico. La misma melodía primitiva, el mismo acento de tristeza y queja, porque la música, en todas las regiones sociales, es el eterno consolador de las amarguras humanas.
Palabra del Dia
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