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Actualizado: 5 de julio de 2025
Lázaro meditaba todas estas cosas por el camino y decía: "No, no es esto lo que yo prediqué"; y al mismo tiempo la idea de que el violento discurso pronunciado por él la noche anterior hubiera tenido una parte de complicidad en la actitud del pueblo, le desesperaba. Encontraba cada vez más grupos sospechosos, y aun oyó proferir algunos mueras lejanos.
Ra-Ra, arrodillado junto á ella, le tomaba las manos, hablándola ansiosamente para que abriese los ojos una vez más, y creyendo que cuando los cerraba era para siempre. ¡Oh, hermano de mis ensueños! ¡Madre de mis alegrías! ¿Me oyes?... No te mueras; yo no quiero que mueras. Aún quedan para nosotros muchos soles dichosos y muchas lunas de amor.
El pueblo se aquietó por la benéfica y paternal mediacion del obispo, á quien tomó por su gobernador gritando mueras á su corregidor el vizconde de Peñaparda, que tuvo que refugiarse al convento de la Trinidad. Estuvo espuesto el Santísimo, y el cabildo eclesiástico veló algunas noches por la pública tranquilidad.
Porque él ha encadenado la Prensa, no permitiendo que haya otros diarios que los que tiene destinados para vomitar sangre, amenazas y mueras, el nuevo Gobierno extenderá por toda la República el beneficio de la Prensa, y veremos pulular libros de instrucción y publicaciones que se consagren a la industria, a la literatura, a las artes y a todos los trabajos de la inteligencia.
Encarándose este con Fray Miguel, apenas dejó caer la compuerta por donde había entrado, le dijo con gravedad solemne: Si fuera lícito valerse de palabras sagradas, aplicándolas a lo profano, con el único propósito de hacerse entender mejor, yo me atrevería a decirte, a fin de inspirarte denuedo y a fin de infundirte omnímoda confianza en mí, que yo soy resurrección y vida, y que si crees en mí, vivirás, cuando mueras.
Lanza el Egipcio un horrendo grito, y muere convulso y desesperado, Volvióse entonces Zadig á la dama, y con voz rendida le dixo: Me ha forzado á que le mate; ya estais vengada, y libre del hombre mas furibundo que he visto: ¿qué quereis, Señora, que haga? Que mueras, infame, replicó ella, que has quitado la vida á mi amante: ¡oxalá pudiera yo despedazarte el corazon!
Palabra del Dia
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