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Actualizado: 16 de julio de 2025
De ese modo adquirirán los montañeses en varias generaciones una completa inmunidad de todas esas enfermedades que ahora degradan á tan gran número de ellos. Entonces sus habitantes serán dignos del medio que los rodea, podrán contemplar satisfactoriamente las altas cumbres nevadas y decir como los griegos: «Esos son nuestros antepasados, y nos parecemos á ellos.» #La adoración de las montañas#
El techo era de paja, pero las delgadas vigas que lo sostenían, colocadas simétricamente, y el tejido de blancos juncos que adhería a ellas la paja, estaba hecho con tal maestría por los montañeses, que presentaba un aspecto verdaderamente artístico.
¡Cómo comprendo hoy el afecto tenaz y duro de los montañeses por su patria! Hay allí, indudablemente, una comunidad más íntima y constante entre el hombre y la naturaleza, que en nuestras pampas dilatadas, solemnes y monótonas, llenas de vigor al alba, deslumbrantes al mediodía, tristes al caer la tarde, jamás íntimas y comunicativas.
Otra singularidad de aquellas gentes sepultadas entre montes de los más elevados de la cordillera: llaman «la Montaña» a la tierra llana, a los valles de la costa, y «montañeses» a sus habitantes. Una de las primeras personas con quienes me puse «al habla» en aquella ocasión, fue un hombre que resultó muy original.
Proyecto de encauce y riegos del Híjar desde Riaño a Reinosa... Parece la obra de un consumado ingeniero... Pues de seguro tiene este cartapacio lleno de apuntes de trabajos en preparación. ¿No lo dije?... La parte de los navegantes montañeses en el descubrimiento de América... Biografía del célebre poeta dramático D. Pedro Calderón de la Barca... Juan de la Cosa...
Es imposible respondió el Cojuelo , porque decendemos todos de la más noble y más alta Montaña de la tierra y del cielo, y aunque seamos zapatero de viejo, en siendo montañeses, todos somos hidalgos ; que muchos dellos nacen, como los escarabajos y los ratones, de la putrefacción.
El Mayor General José de Jesús Monteagudo, comandante en Jefe del Ejército de la República, puede en justicia sentirse orgulloso y satisfecho de haber logrado lo que ningún general europeo ni americano pudo jamás lograr: aplastar en poco tiempo una revolución de guerrilleros montañeses que se negaban sistemáticamente á combatir.
Soy un papú del Durga, hijo del jefe Uri-Utanate. ¡Del río Durga! exclamó el piloto . ¡Ah, qué suerte! ¿Está muy lejos tu aldea? A dos días de marcha. Y ¿por qué te has alejado de ella? Porque quería matar a Orango-Arfaki, jefe de los montañeses, enemigo de mi padre y de mi tribu. Y ha sido él quien ha estado a punto de matarte a ti. ¿Qué le estás diciendo? preguntó Cornelio. Os lo explicaré.
Con el hallazgo del filón de aquella comarca, excitóse en alto grado la ambición de los montañeses; y errando muchos de breña en breña y de monte en monte, cavando aquí y revolviendo allá, resultó que la provincia entera era un verdadero tesoro de calamina, y que lo único que se necesitaba para que todos fuésemos ricos, era dinero para explotarle.
No hubo uno solo, de los victoriosos montañeses, que se compadeciera de aquellos desgraciados; al contrario, cuantos más muertos veían, tanto más se regocijaban.
Palabra del Dia
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