Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de junio de 2025


Su pecho oprimido se dilató aspirando con felicidad el aire puro, que refrescó al mismo tiempo sus sienes y serenó su espíritu. Á paso lento y con la cabeza baja caminó la vuelta de su casa siguiendo la ruta de la muralla al borde de la mar para evitar la gente. Una débil esperanza lucía en la oscuridad melancólica de su pensamiento, la de encontrar á su llegada carta de Soledad.

¡María de la !... ¡Mariquilla!... Era el mismo acento dulce y suplicante que al verse en la reja, y sin saber cómo, volvió ella sobre sus pasos, acercándose tímidamente, fijando su mirada lacrimosa en los ojos de su antiguo novio. También él estaba triste. Una gravedad melancólica parecía darle cierta elegancia, afinando su áspero exterior de hombre de lucha. María de la murmuró.

Melchor veía en el semblante de Lorenzo y en la vaguedad melancólica de su mirada, el reflejo de lo que pasaba por su espíritu; pero esta vez le atribulaba menos, porque el asentimiento obtenido de él para hacer el viaje que realizaban y permanecer en el campo algún tiempo, lo había considerado fundadamente como un gran paso hacia su curación, en la que estaba leal, sincera, hondamente interesado.

El lunes, la derrota y la burla que le hacían odioso el recuerdo de Mrs. Power. Al otro día, Mina, la melancólica, que había prolongado su dulce encantamiento hasta la tarde del día presente.

Don Fadrique echaba á volar su imaginación con vuelo siniestro. Hacía las suposiciones más extrañas y dolorosas. ¿Qué habrá sucedido? se preguntaba. Á las ocho de la noche, por último, el Comendador vió aparecer al P. Jacinto bajo el dintel de la puerta de su cuarto. Al verle, le dió un vuelco el corazón. El padre traía la cara más grave y melancólica que había tenido en su vida.

En cuanto mi tío se halló libre del ataque al despertar del sueño, relativamente tranquilo, que yo le había velado desde el amanecer, y vio el cuarto alumbrado por la luz del día, aunque parda y melancólica, olvidóse de las mortales angustias que había sufrido pocas horas antes, y no tuvo ni declaró otro deseo que el de saltar de la cama para hacer la vida de costumbre.

Serafina comprendió; sabía algo, aunque no lo más humillante, de aquella esclavitud doméstica. Dejadle, dejadle salir, tiene que hacer a estas horas, sin falta... no qué, pero es cosa grave; dejadle salir. Bonis besó con la melancólica y pegajosa mirada a su ídolo, ya que no podía de otro modo, y enternecido por el agradecimiento, tomó la escalera....

Silenciosa y melancólica la que antes era todo ruido y alegría, parecía una sombra vagando por la casa. A veces se la oía gemir.

Holgáronse de ello los padres y deudos de ambas familias, pero la novia dio en estar de adelante melancólica y pensativa; las galas servíanla de un torcedor y su trage era un vestido de luto.

Ambas estaban muy silenciosas: se miraban con ansiedad cuando algún ruido se sentía en la escalera; y al cerciorarse de que no era lo que aguardaban, caían la una en su abatimiento indiferente, la otra en su calmosa, melancólica y disimulada agitación.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando