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Actualizado: 28 de mayo de 2025
Después de haber consentido y mimado de todas maneras durante el invierno a su ingrato ídolo, le tomó para el verano una linda quinta entre Meudon y Bellevue, cuya quinta tenía, entre otras ventajas, la de aproximarla a su amiga la señora de Aymaret, quien pasaba el estío de aquel año en Versalles.
A esta especie de reconvenciones llaman los Griegos Antistrephon, los Latinos reciprocum argumentum: en las Escuelas lo usan mucho, no solo en los dilemas, sino en otras maneras de raciocinios, y los llaman retortiones del verbo retorqueo.
Por lo demás esta atribución de excesiva ternura y aquellas cualidades afectuosas puestas de relieve por Magdalena, no se concordaban muy bien con la frialdad de las apariencias que resultaban de las heladas maneras de Julia. Estaba cansado de hacer conjeturas cuando diversos incidentes que no le digo a usted me abrieron los ojos por completo.
Pues me había dicho el amo que era usted poeta... De todas maneras, se lo contaré ya que V. tiene curiosidad... Verá V. como es una tontería que no merece la pena... ¡Pero vístase V., criatura, que se está helando! Aunque no tengo motivo para arrepentirme, no aconsejaré á nadie que lo haga.
El tercero, D. Pablo Valiente, no era ridículo, ni en el trato ordinario se distinguía por cosa alguna chocante, en maneras o en lenguaje. Contestando a Ostolaza, dije yo con el acento más grave que me era posible: ¡El cielo se apiade de nuestra infortunada nación, y nos traiga pronto a nuestro amado monarca D. Fernando el VII!
¡Os ha retado! ¿y por eso lloráis? exclamó la condesa dulcificando el tono , ¿os ha maltratado acaso? Me ha dicho palabras que me han afectado mucho. Es un hombre falso y cruel, ¿verdad? Sí, señora, es un hombre falso y cruel. ¡Bah! no reparéis en sus maneras brutales.
Vuestro dulce lenguaje, vuestras maneras honestas, algo inexplicable, el encanto misterioso de vuestros ojos... ¡Ay, ay! me estoy poniendo hablador... Bueno, bueno, ya sospecháis lo que os quiero decir, Marta. Consentís con alegría, ¿verdad? Vuestra vacilación... Pero, ¿acaso no me comprendéis?
Todos estos son muy sensibles y poco racionales, pues si consultaran la razon, hallarian que los sentidos no les ofrecen verdaderos bienes, antes por el contrario los acarrean muchos males. Entenderáse esto mejor, considerando que la felicidad de los hombres puede considerarse en dos maneras. En el primer modo es el mismo Dios, y por eso no puede lograrse en esta miserable carrera del mundo.
«No, no hay Dios, iba pensando, pero si lo hubiera estábamos frescos...». Y más abajo: «Y de todas maneras, eso de que le han de enterrar a uno de fijo, sin escape, en ese estercolero... no tiene gracia». Y corría, sintiendo de vez en cuando escalofríos. Don Pompeyo tuvo fiebre aquella noche. «Ya lo decía él; ¡la humedad!».
Me recordaba a mi Juan de tantas maneras... era jovial y tenía los ojos brillantes, donde se leía una loca alegría, exactamente como en ti. Era una criatura, es verdad, y sigue siéndolo hasta hoy... descuidada, turbulenta, traviesa como un niño. Y, cuando no se le tiene la rienda un poco corta, amenaza trastornarlo todo.
Palabra del Dia
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