Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
9 ¿Os habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, y de las maldades de los reyes de Judá, y de las maldades de sus mujeres, y de vuestras maldades propias, y de las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en tierra de Judá y en las plazas de Jerusalén?
Quizás si las maldades que la Condesa veía urdir al Príncipe, las conspiraciones en que sabía estaba mezclado, la sangre que, según oía decir, se derramaba por obra suya, había aterrado a la pobre mujer, y deseosa de impedir que perseverara en su labor tremenda, podía haber sorprendido alguno de sus secretos, o un secreto que, no fuera suyo: ¿habría entonces, la rígida disciplina de la secta misteriosa, armado el brazo de aquel hombre y de su cómplice?
Quizo probar el hecho de la mina con vista de ojos, persuadido se habia construido secretamente, como lo habia mandado: pero le salió el pensamiento errado, porgue los encargados de esta maldad abandonaron la obra con la consideracion del delito, y habiendo pasado el exámen el escribano real, D. José de Montesinos, halló solamente un agujero, que no se dirigia á parte alguna, pero sin embargo se siguió el proceso lleno de maldades y defectos, y se tuvo la audacia de remitirlo á la Audiencia de Charcas, para alucinar á sus Ministros.
Ya ve vm., dixo Candido á Maitin, que á veces llevan los delitos su merecido: este pícaro de patrón holandés ha sufrido la pena digna de sus maldades. Está bien, dixo Martin, pero ¿porqué han muerto los pasageros que venian en su navío? Dios ha castigado al malo, y el diablo ha ahogado á los buenos.
Ahora, ya en el Océano, consideraban el piratear, el saquear o el robar como medios de enriquecerse más o menos decorosos. Entre los cuarenta tripulantes que íbamos en El Dragón, los había de todas clases: desde tipos cuya vida era una continua serie de maldades y de crímenes, como el doctor Ewaldus, hasta un pobre muchacho irlandés, Patricio Allen, que era un modelo de probidad y de nobleza.
Lo primero, le aconsejaría que mirase más a la fama que a la hacienda, porque la buena mujer no alcanza la buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo; que mucho más dañan a las honras de las mujeres las desenvolturas y libertades públicas que las maldades secretas.
Palabra del Dia
Otros Mirando