United States or Malaysia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al salir de la ciudad las aguas de las alcantarillas, aspiradas por máquinas, como la sangre lo es por el jugo de los músculos, se dirigirán hacia un ancho depósito cubierto, donde se recogerá el agua mezclada con inmundicias. Allí otras máquinas se apoderarán de este líquido fangoso y lo lanzarán por caños hacia diversos conductos que correrán bajo el suelo de los campos.

JALEA DE MANZANA. Se frotan bien una docena de manzanas y se ponen a cocer con una botella de sidra; cuando están cocidas se pasan por un tamiz y se pone en un perol al fuego, vaso de azúcar por vaso de jugo, y cuando está a punto se pone en moldes.

LANGOSTA EN SALSA. Sin quitarle la concha se corta a pedazos una langosta, se le quita la veta, cuidando no pierda el jugo, se hace una mezcla con cebolla, ajo y perejil, todo muy picado, se añade queso Gruyere o de Parma.

Tuvo amantes que le dieron cierta popularidad, caballos famosos, alborotó en los entresuelos de Fornos, fue íntimo amigo de un torero célebre y jugó fuerte. Tuvo un duelo, pero fue a espada no como él se lo había imaginado, tendido en el suelo, la pistola en la diestra , y salió del lance con un pinchazo en un brazo; algo como una puntada de alfiler en una epidermis de elefante.

En manteca bien caliente se dora harina, se mezcla el jugo que haya pasado por el colador y yema de huevo cruda; se incorporan, muy picadas, las colas de los langostinos y se vierte sobre el pescado. SALSA DE CANGREJOS.

Los reptiles son raros en Caupolican, y casi nunca hacen daño á los habitantes. Entre tanto, cada año se recogen allí en copiosa cantidad los huevos de tortuga de agua dulce , tan abundantes en las orillas del rio Beni. Hoy en dia pescan los indígenas á flechazos, ó valiéndose de una planta llamada manuno, cuyo jugo difundido en el agua, hace morir inmediatamente los pescados.

Y la prueba de que don José Antonio de Areche no jugó muy limpio, que digamos, en el desempeño de la comisión que el rey le confiara, está en que, a pesar de los pesares, su majestad se vió forzado a destituirlo, llamándolo a España, confiscándole la hacienda, y sentenciándolo a vivir desterrado de la villa y corte de Madrid.

Llegar a las aceitunas era también otra locución con que nuestros abuelos expresaban que había uno presentádose a los postres en un convite, o presenciado sólo el final de una fiesta. Aceituna zapatera llamaban a la oleosa que había perdido color y buen sabor y que, por falta de jugo, empieza a encogerse.

Andando en esto y «regoldando» ya el gigante por no tener su estómago cosa de más jugo en que entretenerse, oyóse una campanada de reló hacia lo más obscuro y remoto de la estancia. ¡Las diez y media! dijo mi tío revolviéndose en el banco . Me parece que ya es hora de que te dejemos en paz. El viaje te habrá molido bien los huesos, y tendrás ganas de tumbarlos en la cama.

Apliquemos al caso presente aquel refrán que dice: «En casa del pobre más vale reventar que no que sobreEs menester sacarle bien el jugo a las pesetillas que vamos a gastar. ¡Pues no faltaba más! Sería un despilfarro hacer el gasto y no divertirse luego.