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Tu misma moralidad para este asunto de los dineros, en vez de ser una garantía, es un indicio claro del peligro que corremos, si te lo prestamos, de no volverlos a ver nunca. , hija mía interpuso don Ramón ; si en este caso me hipotecases tu inmoralidad en vez de hipotecarme tu moralidad, estaría yo más seguro de cobrar el dinero.

El general Patiño habló de una obra teatral recién estrenada con felicísimo éxito y le puso sus peros, basados principalmente en algunas escenas subidas de color. Mariana manifestó que de ningún modo iría a verla entonces. Todos convinieron en anatematizar la inmoralidad de que hoy hacen gala los autores. Se dijeron pestes del naturalismo.

Así es que lo que censuraba en este muy ásperamente era la inmoralidad y el escándalo de unas relaciones amorosas contraídas por hombre que tenía más de medio siglo y que iba a ser pronto por octava vez abuelo.

Eran estos indígenas muy aficionados á la música, la danza, y mas que todo á los festines, donde reinaba el desórden, fomentado por el abuso de las bebidas fermentadas. En tales reuniones la inmoralidad llegaba á tanto, que se brindaban recíprocamente sus mugeres, obligándolas á prestarse ya al uno ya al otro de los concurrentes.

Seguramente soy muy de mi edad y de mi tiempo para sentir contra ciertas debilidades el odio vigoroso de un puritano, y no tengo tampoco la hipocresía de afectarlo; pero pienso que la inmoralidad más libre y más relajada desde este punto de vista admite aún algunos grados de dignidad, de elevación y de delicadeza. Puede marcharse más ó menos rectamente por estos extraviados caminos.

En otros términos, no es la inmoralidad que crece, ni que aumenta, sino el sentido moral que va ganando mayor número de conciencias individuales, formándose así una opinión pública que antes no existía, completamente consciente de los males sociales que existen y contra los cuales se levanta.

Con lo dicho hay bastante para explicar el origen de la inmoralidad, la verdadera causa de la predisposición al vicio, la ausencia del sentido de responsabilidad, la explicación natural de ese carácter incomprensible formado de una mezcla de sentimientos encontrados que los misioneros han atribuido al filipino, indio, español y chino, influidos todos por el espíritu nocivo que informa toda esa literatura completamente perturbadora de la razón.

En opinión de este autor, los personajes de las comedias españolas sirven para autorizar la inmoralidad, porque no hay dama que no sea noble, bella y astuta; las de clase más inferior han de ser hijas ó hermanas de algún caballero principal; no faltan infantas ni princesas, y hasta reinas y emperatrices, y no sólo se enamoran apasionadamente en el teatro, sino que se muestran también algo ligeras.

Es sensible tener que decir que algunas de éstas eran señoras; pero en descargo del sexo, debo advertir que su inmoralidad era profesional y que sólo ante un vicio tal y tan patente se atrevía Poker-Flat a erigirse en inflexible tribunal. A don Jorge le sobraba razón al suponer que estaba él incluido en la sentencia.

Todos los poetas dramáticos españoles han trazado intrigas amorosas no morales, que á veces degeneran hasta la licencia; se puede asegurar que, como nunca se propone explicar lecciones de moral, sino sólo representar las costumbres de su tiempo, sin aprobarlas ni censurarlas, se limita sólo á satisfacer el agrado que resulta de sus cuadros, cuidándose muy poco, en lo general, de la moralidad ó inmoralidad de los mismos.