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Actualizado: 29 de junio de 2025
Su tenaz fortaleza requería aún la multiplicación de trincheras y baterías que le pusieron la senectud, los achaques, la indigencia, los dolores del alma, como el de la muerte de su hija Gregoria, pobre inocente.
Los continuos apuros, la perdurable indigencia y la negra fortuna de Luis Vélez de Guevara en los años de 1622 y siguientes están pintados de mano maestra por él mismo en cinco memoriales en verso que salieron a luz pocos años ha . Ora pretende un humilde puesto en la servidumbre del cardenal e infante don Fernando; ora, ya frustrado este propósito, logra en 1623 la efímera portería de cámara del Príncipe de Gales, nuestro huésped; ya, en 1624, obtiene, después de grande esfuerzo, la también harto breve mayordomía del archiduque Carlos, muerto aún no transcurrido un mes desde su llegada a Madrid, y más adelante solicita infructuosamente del Rey, alegando sus méritos y servicios y la nobleza de su linaje, una plaza de ayuda de su guardarropa.
Su morada en Lima, y la obligacion de sostener con decoro su rango, agotaron su peculio y lo dejaron sumido en la indigencia. Acostumbrado
Uno o dos pueblos blanquecinos, con sus iglesias de azotea y sus campanarios sajones se destacaban sobre leves prominencias del terreno y algunas granjas, pequeñas, aisladas, rodeadas de raquíticos bosquecillos y enormes almiares de heno animaban apenas aquel monótono paisaje cuya indigencia pintoresca habría parecido completa sin la singular belleza que le prestaban el clima, la hora y la estación.
Gastón no es un hombre del pueblo, oscuro y pobre; el esposo, el único esposo que conviene a mi estado y a mi indigencia.» «Gastón será el esposo de Adela, he dicho yo. Es una reparación que te debe la Providencia. Yo pagaré la deuda de la sociedad.» Yo le he dicho, Eduardo, y lo juro por mi honor, que es preciso que ese deseo se cumpla.
Dedicadas estas pobres gentes a la agricultura y a la ganadería, sólo conocían los principios que una rutina ignorante les había trasmitido, y que no era bastante para sacarlos de la indigencia en que necesariamente debían vivir, porque el terreno por su clima es ingrato, y por su situación lejos de los grandes mercados no les produce lo que era de desear.
Luego continuó la señorita de Porhoet; en cuanto á mí, señor, estoy acostumbrada á la indigencia, y me hace sufrir poco; cuando uno ha visto en el curso de una vida demasiado larga, un padre digno de su nombre y cuatro hermanos dignos de su padre, sucumbir antes de tiempo, bajo el plomo ó el acero; cuando uno ha visto perecer sucesivamente todos los objetos de su afección y de su culto, sería menester tener el alma muy pequeña para preocuparse de una mesa más ó menos abundante ó de un adorno más ó menos moderno.
Maltrana quiso hablar de la indigencia en que, había estado hasta entonces, pero la muchacha lo atajó. Que era pobre, ¿y qué? Ya lo sabía ella. Muchas veces se había fijado en la voracidad con que comía en casa de su padre, reveladora de dolorosas escaseces. Pero era bueno, era sabio, y para ella el hombre más guapo del mundo.
Yo bien quisiera atender a esta mujer como ella seguramente me atendería a mí si me encontrase en su lugar; pero haré cuanto pueda en su favor, librándola desde luego de la indigencia y proporcionándole cuantas comodidades permitan mis pocos recursos. 17 de diciembre de 1802. Alfonso se ha fugado del colegio con dos de sus compañeros. A unas seis leguas de Lyón los han alcanzado.
Los extraños caprichos de la suerte, que, con frecuencia, dispensa al indigno los honores y todo género de felicidades, y deja perecer al digno en la indigencia, constituyen el fin de este drama.
Palabra del Dia
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