Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de julio de 2025
Sus héroes no buscan la muerte por motivos criminales, sino, al contrario, salen á su encuentro impulsados por la fe más pura y por los afectos más nobles; no insensibles, cuando esperan y cuando temen, no, sino llevando en su corazón amor todopoderoso y confianza inmutable en la grandeza de la Divinidad; y así, entre el tumulto de los demás hombres, que luchan entre sí sin descanso, atraviesan los cementerios, llenos de cadáveres, y los campos de batalla de la tierra; nubes tempestuosas, pesadas y sombrías, vuelan por debajo, y no sin esfuerzo se arranca su alma eterna de lo finito que le rodea; pero la fe los precede y los ilumina con su antorcha, y, cobrando fuerzas del poder divino de la religión, apuran sin murmurar la copa de la amargura; elevándose, en virtud del sentimiento de su unidad con lo eterno, ven disiparse bajo ellos, como vanas sombras, los dolores y las alegrías mundanales; y ante los rayos divinos que los iluminan, siempre más brillantes, abandonan su condición mortal, y, llenos de gloria, y coronados de blancas rosas, penetran en triunfo por las puertas de la muerte, que se abren para dar paso á los bienaventurados, que los reciben con sus palmas victoriosas.
Los últimos rayos del sol mueren en otoño al pie del Crucifijo que corona su inmenso tabernáculo: no hay conjunto como el que entonces se ofrece al que está situado en una estremidad de su crucero. Los cristales de las ventanas son todos de colores; la luz que pasa por ellos ilumina de la manera mas fantástica aquel lúgubre madero.
Súbito la campiña se ilumina, brillan las aguas del río, tiemblan los árboles y los maizales: todo parece un espejo donde se repiten hasta el infinito sus imágenes. Nolo y Demetria se estremecen y piensan con terror en que están ya cerca de Langreo. Pero no; la luna los mira un instante y se oculta en seguida detrás de negros nubarrones ¡Huíd, huíd, hijos míos, que por mí tampoco quedará!
La naturaleza se halla muerta, inanimada; un cielo demasiado puro ilumina un campo triste y casi desolado; pero sobreviene un aguacero, y al punto, como por encanto, todas las cosas toman una vida nueva.
Nunca he tenido un cochero mejor... El cañonazo no había sido más que una señal; luego, la cosa es por todas partes, a la derecha, a la izquierda; no se ven más que techos incendiados, haces de fuego, torres chispeantes, y el parque se ilumina con una hermosa claridad verde... En una palabra, mi viejo Ilgenstein se ha convertido en un verdadero castillo encantado.
Finalmente, sólo el vértice es bastante alto para ver el sol, dominando la curva de la tierra; se ilumina como con una chispa: parece uno de esos prodigiosos diamantes que, según las leyendas del Indostán, fulguraban en la cumbre de las montañas divinas. Súbitamente desapareció la llama; desvanecióse en el espacio.
Ya es algo le interrumpió Melchor, que estaba tendido en su sillón, y tenía recostada la cabeza en el respaldo, de cuyos costados se había tomado con las manos como para sostenerse mejor, y agregó, sin apartar la mirada del cielo: por ahí se empieza... tras la incredulidad adquirida por frotamiento, que no por convicciones... llega la indiferencia... luego se abandona gradualmente el afán de negar... y un buen día... o una buena noche como ésta, se mira al cielo... se contempla un momento esta portentosa... esta estupenda armonía sideral... esta maravillosa rotación de soles y de repente brota en el alma un punto de luz... que crece... se dilata... la llena... y la ilumina...
Las últimas cartas de Vd., queridísimo tío, han sido de grata consolación para mi alma. Benévolo como siempre, me amonesta Vd. y me ilumina con advertencias útiles y discretas. Es verdad: mi vehemencia es digna de vituperio. Quiero alcanzar el fin sin poner los medios; quiero llegar al término de la jornada sin andar antes paso a paso el áspero camino.
Perla, entretanto, se había apartado de su madre y estaba jugando como mejor le parecía en la plaza del mercado, alegrando á aquella sombría multitud con sus movimientos y vivacidad, á manera de un ave de brillantes plumas que ilumina todo un árbol de follaje obscuro, saltando de un lado á otro, medio visible y medio oculta entre la sombra de las espesas hojas.
Tuvo, si se quiere, cierta presciencia o adivinación genial de los venideros sucesos. A nuestro juicio, debe tenerse por cierto que la inspiración divina alienta no pocas veces a los cortesanos en todas las edades, y les ilumina y conduce para que no den esos terribles traspiés que a veces truncan lastimosamente las más brillantes carreras.
Palabra del Dia
Otros Mirando